Madres piden a las personas adultas «respeto e igualdad» para celebrar las infancias diversas

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«Las palabras `tolerancia` e `inclusión` hablan de una asimetría de poder, por eso tiene que haber respeto e igualdad».
Desinformados, con dificultades para generar lazos respetuosos e igualitarios y marcados por estereotipos, así describieron a personas adultas a cargo de las infancias las madres de una niña trans, de un niño que tiene una condición del espectro autista y una docente especialista en literatura de género, quienes también destacaron las propuestas de bandas de música y libros infantiles que apelan a la diversidad en sus contenidos.

«Lo que nos toca a nosotros de cerca con Manu, que tiene una condición del Espectro Autista, es que hay un desconocimiento total sobre el tema y tenés que explicar por qué tu hijo se comporta así, o no le contestó al otro niñe o no juega de la misma manera», contó a Télam Luciana Capece, mamá de Manuel de 7 años y de Julieta de 3.

Luciana Capece es doctora en Química, investigadora de Conicet y profesora de la UBA.

Luciana Capece es doctora en Química, investigadora de Conicet y profesora de la UBA.
Ella es madre y también doctora en Química, investigadora de Conicet y profesora de la Universidad de Buenos Aires, y consideró que «les niñes toman la condición de Manu de una manera más natural y espontánea que los adultos; tratan de encontrar la forma de interactuar».

«Los adultos son los que, en general, preguntan más, son más observadores y toman distancia, otros pocos entienden, pero si no te miran como: `es un caprichoso`», dijo la profesional.

La diversidad de infancias es promovida este año por la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) para renombrar al Día del Niño como Día de las Infancias, precisamente para visibilizar, este 16 de agosto, las diferentes maneras de vivir esa etapa de la vida.

«Proponemos dejar de decir ´Día del Niño´, porque queremos celebrar la diversidad de toda la niñez. Desde el Estado queremos nombrar una jornada en plural, que celebre a cada chica, chico, chique, gurí, changuito, mitaí en guaraní, weñi en mapudungun, y sus diversos modos de vivir», señaló Gabriel Lerner, titular del organismo.

Por su parte, Mariela Padula, madre y docente de escuela pública, a cargo de la librería con perspectiva de género «La Juglaresa», compartió con Télam que si bien hay ciertos cambios en los vínculos de las infancias, «sigue habiendo relatos hegemónicos».

«El cambio se está dando muy de a poco, aún se habla de `que es ser bueno y malo`, `lo que le gusta a las nenas y a los nenes`, `sentate como una señorita y una nena buena`», apuntó la docente.

Y agregó: «Hay que repensar las corporalidades y el consumo, pensar una escuela que aloje a las infancias trans, donde hay nenas con pene y nenes con vulva, les guste o no», ante lo cual «aún hoy se abre mucho debate con la identidad según la autopercepción».

Para Gabriela Mansilla, mamá de Luana, la primera niña trans que obtuvo su DNI en el 2013 en Argentina, con el cambio de género y el nombre que la representa, «no hay un trato igualitario y respeto en las infancias».

¿De qué diversidad hablamos? Porque nuestras infancias travestis y trans desobedecen a todo lo que está establecido y se muestran ante una sociedad que no está acostumbrada a escucharles”GABRIELA MANSILLA
La madre de Luana, quien trabaja para garantizar los derechos de las infancias trans desde la asociación `Infancias Libres` y escribió varios libros, manifestó que la diversidad en las infancias «está sostenida hoy en un sistema que no reconoce a las niñas y niños trans».

«Las infancias trans son felices y libres, no quieren que los metan en un casillero heteronormado y estereotipado», aseveró.

«Desde que Luana tiene dos años hasta ahora, con trece, estamos militando exactamente lo mismo, que el mercado saque una muñequita con pene no significa que llegue a todas las infancias del país y que puedan jugar», agregó.

Tras confesar tener «mucho miedo» respecto al futuro de las infancias trans, ya que las estadísticas afirman que esta población tiene una expectativa de vida de 35 años y un 40 % de suicidios en la adolescencia, Mansilla afirmó: «Nuestras niñeces van a ese camino, y muchos travesticidios sociales empiezan en el seno familiar».

Gabriela Mansilla, mamá de Luana, primera niña trans en obtener su DNI.

Gabriela Mansilla, mamá de Luana, primera niña trans en obtener su DNI.
Para pensar un camino que lleve a la construcción de una infancia diversa y libre, Mansilla coincidió con Padula en «empezar a hacernos preguntas nosotras, las personas adultas».

«Las palabras `tolerancia` e `inclusión` hablan de una asimetría de poder, te dicen: `te dejo entrar`; por eso, ni inclusión ni tolerancia, tiene que haber respeto e igualdad», resumió Mansilla.

Las madres coincidieron en que la oferta cultural mantiene ciertos estereotipos sin contemplar la diversidad ni perspectiva de género.

Padula y Capece acordaron en que hay «ciertos cambios que se están dando».

«Hay un cambio en las bandas de música y los libros, hay literatura que con pictogramas o que están en braille o hablan de diversidad de familias y vínculos, juegos como `Jugando a ser`, que son rompecabezas que permite armar cuerpos y gustos», contó Padula.

En tanto, Capece mencionó a la banda de música Bigolates de Chocote, quienes comenzaron a realizar «recitales distendidos», con luces tenues, menor volumen y actuaciones tranquilas.

«Hay una tendencia de juguetes menos invasivos y recitales distendidos que son inclusivos de verdad porque son cambios que están muy bien para todes», finalizó la investigadora.

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