La Plata: Monseñor Carrara animó en esta Cuaresma a “profundizar nuestra oración con Dios, escuchar a los demás y a vivir un tiempo de reconciliación y toda la vida bajo la mirada de Jesús”

La Plata: Monseñor Carrara animó en esta Cuaresma a “profundizar nuestra oración con Dios, escuchar a los demás y a vivir un tiempo de reconciliación y toda la vida bajo la mirada de Jesús”

El Arzobispo Gustavo Carrara presidió la Misa del Miércoles de Ceniza en la Iglesia Catedral ante muchos fieles de diversas comunidades que se acercaron para iniciar el tiempo de Cuaresma. Junto al prelado concelebró el párroco del templo, presbítero Hernán Remundini.

Contemplando este tiempo de profunda introspección y conversión, monseñor Carrara recordó en la homilía que la Cuaresma “es un camino, un camino de 40 días, un camino de esperanza porque preparamos el corazón para celebrar el misterio de la Pascua, para celebrar que Jesús nos amó y nos salvó, para confesar que Cristo vive y nos quiere vivos”. 

“Celebrar la Pascua va ser celebrar dónde está anclada nuestra esperanza. Allí vamos a confesar que vivimos en la fe, en el Hijo de Dios que nos amó y dio su vida por nosotros”, manifestó.

Señaló que la Palabra “que hoy escuchamos nos enseña a vivir este tiempo y también toda la vida bajo la mirada de Jesús; nosotros vivimos bajo la mirada de nuestro Padre misericordioso, pedimos esa gracia de vivir su mirada. No hay mirada más tierna que la del Padre del cielo”.

Reflexionó también que “en este evangelio se nos propone la oración, el ayuno y la limosna: La oración nos invita a revisar nuestra relación con Dios, la limosna nos invita a revisar nuestra relación con los demás y el ayuno nos invita a revisar nuestra relación con nosotros mismos”.

“Este tiempo de Cuaresma -continuó- es un tiempo de conversión, un tiempo de profundizar en la oración, dedicarle más tiempo. Busquemos en este tiempo distintos espacios y momentos para dialogar con Dios en la oración, para abrir el corazón y contarle lo que nos pasa”.

Monseñor Gustavo animó también a “darnos a nosotros mismos, fijarnos en nuestro mundo, alrededor nuestro y no ser la única medida ‘nosotros’. Entonces siempre podemos compartir con alguien que más necesita y no solamente con bienes materiales, porque quizá no tenemos los recursos, pero sí tenemos nuestro tiempo y que bueno que en este tiempo de Cuaresma podamos dedicarnos a escuchar a aquel que está solo, aquel que está enfermo y triste. Ese es el espíritu de la limosna, salir de nosotros mismos y pensar en los demás, especialmente en los que más lo necesitan”.

El pastor de la Arquidiócesis de la Región Capital también recordó que “Jesús habla del ayuno, y a veces nos quedamos en lo que puedo comer y en lo que no puedo comer, es un aspecto, pero lo central y esencial es que podemos ayunar de muchas cosas, por ejemplo, si somos agresivos en las redes sociales, si le ponemos un Me Gusta a una situación de violencia de uno contra otro; podemos ayunar también de criticar a alguien. A veces es más fácil dejar de comer determinado alimento y es mucho más difícil dominar nuestra lengua, con la que podemos hacer mucho daño y con la que podemos lastimarnos”.

Sobre el final de sus palabras, animó a mirar este tiempo cuaresmal “como un tiempo de reconciliación y de volver a Dios, es un tiempo de acercarse al sacramento de la Reconciliación con la confianza plena en la misericordia de Dios, porque no hay pecado que no pueda ser perdonado si tengo el corazón arrepentido. Ahí, en la reconciliación, se nos da el perdón de la Pascua de Jesús, el perdón de la cruz, el perdón y la salvación de su resurrección».

“Que este camino que hoy empezamos sea para nosotros, para nuestras familias, para nuestra comunidad y Arquidiócesis, un camino de esperanza”, concluyó.

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