EEUU | Trump juró como presidente prometiendo una «edad de oro»: «Fui salvado por Dios para hacer que Estados Unidos volviera a ser grande»
Donald J. Trump declaró su toma de posesión como el 47º presidente de la nación como un momento de renovación estadounidense, prometiendo marcar el comienzo de una «nueva y emocionante era de éxito nacional» después de describir los últimos cuatro años como «una horrible traición».
«La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de este día, nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo», dijo Trump al comienzo de un discurso inaugural pronunciado ante una multitud reducida y en persona dentro de la Rotonda del Capitolio, donde se trasladó la ceremonia debido a las gélidas temperaturas.
Trump declaró que «la luz del sol se está derramando sobre todo el mundo» y prometió que los desafíos globales «serán aniquilados por este gran impulso que el mundo está presenciando en los Estados Unidos de América». Pero esas notas de esperanza fueron contrarrestadas por un lenguaje que era familiarmente franco y mordaz, prometiendo deshacer los logros de su predecesor.
Con una corbata morada más discreta en lugar de la enfática roja que se ha convertido en su firma sartorial, Trump en su discurso fue característicamente oscuro, describiendo una «crisis de confianza» en el gobierno y calificando su victoria electoral como un «mandato para revertir por completo una horrible traición».
«A partir de este momento, el declive de Estados Unidos ha terminado», dijo, prometiendo «poner a Estados Unidos primero de manera muy simple», disfrutando de haber barrido los siete estados indecisos sobre la vicepresidenta Kamala Harris. Prometió acabar con la inflación, «perforar, perforar, perforar» en busca de petróleo y gas, poner fin a los subsidios a los vehículos eléctricos y eliminar los géneros además de masculino y femenino. Prometió acabar con las enfermedades, las guerras y el control panameño del Canal de Panamá.
El discurso de Trump coronó un regreso político sin precedentes, ocho años después de que su primer discurso inaugural pintara una visión distópica de la «carnicería estadounidense» y cuatro años después de que sus partidarios irrumpieran en el Capitolio en un esfuerzo por anular su derrota. Apenas seis meses después de su condena en un caso de soborno, la ex estrella de la telerrealidad, ahora el primer delincuente en servir como presidente, hizo referencia explícita a sus propias tribulaciones personales.
Trump condenó «el uso despiadado, violento e injusto de nuestro Departamento de Justicia y nuestro gobierno terminará», afirmando que él «ha sido desafiado más que cualquier presidente en nuestros 250 años de historia».
Agrupó a los fiscales que lo persiguieron en los últimos años y al asesino que casi le quitó la vida durante una manifestación en julio pasado, expresando su propia supervivencia en términos mesiánicos.
«Fui salvado por Dios para hacer que Estados Unidos volviera a ser grande», enfatizó el presidente Trump. (Politico)
