Denuncian abuso sexual en Instituto Isabel Conde de Hernández, colegio de la red La Salle en la Ciudad de Buenos Aires
En los últimos días los vecinos del barrio porteño de Balvanera se vieron sorprendidos por un hecho aberrante que tuvo lugar en el Instituto Isabel Conde de Hernández, perteneciente a la red La Salle, cuyas instalaciones funcionan a doscientos metros del Congreso Nacional. Según pudo conocer este medio, entre 2022 y 2024, un alumno abusó de otro en reiteradas ocasiones ante la indiferencia de las autoridades de la institución.
El pasado 20 de noviembre, en medio de un clima tenso, tuvo lugar una reunión entre un grupo de padres de alumnos de los últimos años de la escuela primaria, con la directora, Paola Tula -que pocos días después del cónclave se jubiló- y el representante legal de la institución, Carlos Díaz. El personal del colegio reconoció que los hechos por los que reclamaban los padres, habían existido aunque intentó justificarlos. De acuerdo con lo que pudo averiguar este portal, ante la interpelación de los padres, el representante legal del colegio dijo que era «normal» que los varones jueguen tocándose. Los dichos del docente azuzaron la indignación de los padres, que pese a oír semejante provocación, mantuvieron la calma.
La reunión fue convocada con la finalidad de que los papás de otros grados tomasen conocimiento de lo que había pasado: en clase de Educación Sexual Integral (ESI) uno de los chicos gritó «no quiero que me toques más» y señaló a un compañero de curso. Luego del impacto que la revelación causó en el aula, las autoridades decidieron poner frente a frente a víctima y victimario para inducir al agredido a perdonar a su agresor, con la esperanza puesta en que todo se olvide rápidamente y no trascienda más allá de las paredes del colegio.
El proceder del colegio siempre estuvo dirigido a ocultar lo que pasó. De acuerdo con los testimonios que este medio pudo recabar, el niño afectado contó a sus maestras las conductas abusivas a las que había sido sometido dessde hace dos años, encontrando como única respuesta el silencio. Así fue hasta que hace pocos días la situación se tornó insostenible. Dicho temperamento encendió alarmas entre los padres, que se reunieron para exigir que los adultos involucrados sean separados del cargo. Al cierre de esta nota dicho petitorio permanecía sin respuesta.
Ante la gravedad de las situaciones entre alumnos, se reclamó un pronunciamiento por parte de la Justicia de menores, que dio por acreditada la agresión contra la integridad de la víctima, pero ordenó el archivo de las actuaciones. El abogado que lleva la causa contó a este medio que seguirá adelante con la instancia revisora del fallo. Pero mientras esto se investigaba en la Justicia, el Conde de Hernández tomó una decisión respecto de la víctima y tres alumnos más: el último viernes le comunicaron a las familias de los chicos que no había lugar para ellos en el ciclo lectivo 2025. Para decirlo en criollo: la víctima y tres niños más fueron expulsados por animarse a hablar. El victimario continúa siendo alumno del colegio -aunque por estos días se encuentra suspendido- y el personal docente, cuya responsabilidad está en tela de juicio, sigue al frente de los cursos.
Un pacto de silencio y un «proyecto» que no pueden explicar
Pese a la demostración de fuerza del colegio para silenciar los padres, ellos conversaron para clarificar la realidad y descubrieron que entre los niños hay un patrón que se repite. «Nada», «No sé» y «No me acuerdo» son las respuestas de los alumnos del Conde de Hernández cada vez que los papás les preguntan cómo les fue durante la jornada y qué hicieron.
Otro tema que es motivo de honda preocupación es el «proyecto» educativo que consiste en juntar en el aula a niños de diferentes edades para concretar un trabajo en conjunto. En encuentros los más grandes -sin supervisión docente- maltratan a los chiquitos porque no están a la par de su conocimiento. Los padres de los más chicos empezaron a notar que a partir de entonces sus hijos dieron claras muestras del malestar que el proyecto le generaba, como ganas de faltar al colegio los días que debían juntarse con los mayores y conductas regresivas, según confiaron a este portal.
Motivados por la necesidad de entender qué es y por qué la insistencia del colegio en llevar adelante ese «proyecto» los papás exigieron una reunión con las autoridades educativas para que dieran explicaciones. Según lo relatado por ellos, la directora de la institución no pudo ensayar una respuesta coherente al respecto, ni pudo aportar documentos oficiales que avalen la realización de dichas prácticas.