La actriz Griselda Siciliani respondió sobre las acusaciones de su colega Sabrina Rojas, que además es la ex esposa de Luciano Castro, con quien tiene una relación amorosa actualmente: la protagonista de “Envidiosa” afirmó que los dichos la incomodan.
Rojas reveló que Siciliani le enviaba mensajes a Castro, mientras ella estaba embarazada del actor. “Si pasó algo o no, que supongo que sí, ya eso no lo sé. Pero en la vida todo vuelve. Un día sos novia, otro día sos amante y a veces al revés”, apuntó Sabrina.
Frente a esto, Griselda argumentó: “No escuché todo, pero estoy al tanto”. Sin embargo, la intérprete intentó no hacer demasiadas declaraciones: “No hablo mucho de cosas de la vida íntima, no opino ni participo”.
No obstante, Siciliani apuntó: “Me molesta y me gustaría que no se hablara de mí en esos términos, pero es así y es parte de la vida pública o de ser una actriz popular. También es parte que siempre alguien pueda hablar de mí, trato de entenderlo como eso”.
Si bien sostuvo que se mantiene al márgen, la actriz contó: “No es que no me afecte, pero no es mi tema. Dicen algo de vos y es como una invitación o provocación a que uno tenga que decir algo. También está la opción de no decir nada sobre algunas cosas”.
En cuanto al silencio sobre su vida privada, Griselda agregó: ”Yo soy igual hace muchos años y es mi manera, no sé si es la mejor, pero es mi estilo y me gusta respetarlo”.
Luciano Castro y Griselda Siciliani blanquearon su romance en abril de este año y ya atravesaron rumores de separación. Ante esto, la intérprete remarcó: “Estoy bien, contenta, pasando un momento muy hermoso de trabajo y en la vida con mi familia y mi hija”.
La última pareja del actor, antes de Siciliani, fue la influencer Flor Vigna que reconoció que el actor comenzó su relación con Griselda cuando todavía estaba con ella: “Cuando te meten los cuernos es difícil”, relató en julio. Con los dichos de Sabrina Rojas, que se suman al historial de la pareja, Siciliani no se mostró perjudicada.
“No me moviliza mucho, no es algo que me genere un conflicto interno. Me genera la incomodidad, tener que contestar. No es algo que sea parte de mi vida. No es para quejarse, es una incomodidad pequeña y hay gente que tiene incomodidades más difíciles”, concluyó Griselda.