Bizarrap brilló en el Hipódromo de Palermo con una presentación increíble
Más de 60 mil personas vieron entre el jueves y el sábado el debut de Bizarrap en Buenos Aires. El DJ y productor argentino de 24 años, que viene de grabar con grandes artistas no deja meta sin conquistar ni sueño por cumplir. De hacerse amigo de Skrillex, su ídolo, y conseguir una fama mundial sin precedentes para la música de nuestro país.
Con una megaproducción la puesta de Bizarrap contó con más de tres mil metros cuadrados de pantallas LED, más de dos mil luminarias móviles y 120 sistemas de sonido distribuidos en trece torres de sonido que constituyeron gran parte de las más de doscientas toneladas de estructura transportados en cuarenta camiones. A esta parafernalia se le sumó toda la parte audiovisual, una de las grandes pasiones y motores de la obra del productor, que consistió en cuarenta sistemas láser y la producción de contenidos visuales en 4D.
La sensación que provocaba esta puesta en escena que quizá no tiene precedente alguno en Argentina era como si las veinte mil personas estuvieran en la arena de un coliseo, rodeadas por las columnas de sonido, y las pantallas LED en las que se sucedían desde escenas que mostraban lo que Bizarrap estaba haciendo en su escenario, hasta imágenes creadas para acompañar las sucesivas “sessions”, elegidas para este recital. Esto es, no reutilizó fragmentos de los respectivos videos que hizo sino, por ejemplo, cuando tocó la Session #36, en lugar de Nathy Peluso, se proyectó una imagen en movimiento de su inconfundible figura; o cuando hizo la Session #38 representó a L’Gante con humo, una metáfora que todos comprendieron. Para el cierre: dos clásicos hiteros, la Session #53 y la Session #52 –en ese orden–, es decir, la de Shakira y la de Quevedo.