Amplían la indagatoria de uno de los acusados por el intento de asesinato de la Vicepresidenta
La justicia federal ampliará esta semana la indagatoria de Nicolás Gabriel Carrizo, detenido y procesado como partícipe secundario del intento de homicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a partir del hallazgo de mensajes en su teléfono celular que para la querella son indicativos de que pudo haber tenido otro rol en el ataque.
La ampliación de la indagatoria, postergada en dos oportunidades, está prevista para el para el martes a las 10 y el acto procesal será encabezado por la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal que tiene delegada la investigación, Carlos Rívolo.
«En cuanto a lo solicitado por el Dr. Gastón Matías Marano, suspéndase la audiencia dispuesta para el día de mañana y fíjese nueva fecha para el día 31/01/2023, a las 10 horas, a fines de recibirle ampliación de declaración indagatoria a Gabriel N. Carrizo», fue la resolución que firmó el 9 de enero por el juez Julián Ercolini, mientras reemplazaba a su colega Capuchetti.
Esa última postergación se originó en un planteo de la defensa de Carrizo, que reclamó que el acto procesal fuera encabezado por la jueza Capuchetti, jueza natural de la causa.
Es probable que antes de que se lleve a cabo la ampliación de la indagatoria, la jueza responda la última recusación planteada por la querella de la vicepresidenta Fernández de Kirchner, representada por los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal.
En aquella recusación, presentada el 9 de enero, la querella sostuvo que la jueza podría estar actuando condicionada porque tuvo un trabajo rentado como investigadora en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) de la ciudad de Buenos Aires.
Carrizo había sido convocado a ampliar su indagatoria el 5 de enero, pero el acto se postergó, primero para el 10 del mismo mes, luego de que su abogado Gastón Marano informara al tribunal que por cuestiones vinculadas a la feria judicial no iba a poder estar presente y luego para el 31.
La ampliación de la indagatoria se dispuso a partir de que se hallaron en el celular de Carrizo nuevos mensajes de texto en los que se atribuye participación en la planificación del ataque perpetrado contra la vicepresidenta el 1 de septiembre último: esos mensajes fueron recopilados en un trabajo llevado a cabo por la Datip (Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal), que depende de la Procuración General de la Nación.
La jueza Capuchetti lo había convocado luego de que la Cámara Federal porteña le ordenara avanzar en esa dirección a partir de un planteo formulado por la querella de la expresidenta que la magistrada había rechazado en primera instancia.
Aquel planteo había sido realizado por los abogados querellantes Ubeira y Aldazabal tras tomar conocimiento de los mensajes de Carrizo del 1 de septiembre en los que aseguraba: «Recién intentamos matar a Cristina».
«Recordá esta fecha», «Esta hdp (sic) ya está muerta», «No sabés qué hicimos con esto», «Generar miedo», «Para que el gobierno sepa con quienes se están metiendo», son algunos de los mensajes enviados desde el celular de Carrizo, jefe del grupo de supuesto vendedores de copos de azúcar para el que trabajaban quienes agredieron a la Vicepresidenta, según surgía de la presentación de la querella a la que accedió Télam.
En aquella presentación, los abogados de la querella advirtieron sobre la aparición de mensajes que no le fueron atribuidos en su primera declaración indagatoria y que «hacen imperante una ampliación de la imputación».
Por ejemplo, remarcaron que luego del atentado, a las 23.17 del 1 de septiembre, Carrizo escribió a uno de sus contactos agendado como Kevin Bargas 2: «Recién intentamos matar a Cristina» (23.17), «(Fue) Mi empleado» (23.17), «Le quiso disparar» (23.17), «Va a ir preso» (23.17), «El arma es mía amigo» (23.18), «Te lo juro por dios» (23.18), «Estamos con el grupo» (23.18), «Todos juntos» (23.18).
Hasta ahora, los atacantes Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte están procesados como coautores del homicidio en grado de tentativa, mientras que Carrizo fue considerado partícipe secundario, sin el cual el ataque podría haberse producido igual.
Cuando pidieron ampliar las indagatorias, los abogados de la querella reclamaron que se los procesara como integrantes de una asociación ilícita que además de intentar matar a la vicepresidenta buscaba desestabilizar al Gobierno.
En relación a ese planteo, los jueces de la Cámara Federal porteña respondieron: «Con relación a la pretensión del querellante en cuanto a que se modifique el grado de participación originariamente asignado a Carrizo (…) y que se les endilgue la comisión del delito de asociación ilícita, corresponde señalar que tal cuestión se encuentra dentro de la esfera de análisis y decisión de la señora jueza de grado en el momento oportuno y del Ministerio Público Fiscal a quien le fue delegada la instrucción de la causa».
En la primera tanda de mensajes que se habían detectado en el celular de Carrizo en el comienzo de la investigación, se podía leer que le decía a un contacto de su confianza identificado como «Andrea» que Sabag Montiel «estuvo muy cerca» y que «falló el arma» aunque «andaba bien».
El diálogo que en su momento llamó la atención de los investigadores comenzaba de la siguiente forma:
– Nicolás Gabriel Carrizo: Andrea, el arma es mía.
– Andrea: No está a tu nombre Gaby.
– Carrizo: No, pero aparecen mis huellas.
– Andrea: Gaby no quedan tus huellas. No te comas la cabeza. Tiene la huella del otro chabón.
Cuando lo indagaron por aquel diálogo, Carrizo intentó hacerlo pasar por una «broma» que le hizo a su familia: «Acá es donde le quiero explicar para sacar malos entendidos. Le estaba haciendo una joda a mi hermanastra, voy a parecer un gil, le estaba haciendo creer que era parte de esto, no fue real», afirmó ante una pregunta que le hizo la jueza Capuchetti.
«No estaba vinculado con Brenda ni con ´Nando´ y ahora entiendo porque estuve en el calabozo, por esa mierda que dije, les juro que fue mentira. Me la mandé con hacer esa joda, yo siempre jodo así. Yo les quiero decir que, si voy preso por una pelotudez, es que yo me pegó un tiro, yo nunca pensé que esto iba a terminar vinculándome», continuó, entonces, hasta romper en llanto.
La expectativas de las partes en relación a lo que pueda aportar Carrizo en la ampliación de la indagatoria son bajas, según pudo relevar Télam de fuentes con acceso al expediente.