Una testigo escuchó a uno de los rugbiers decir «le rompí toda la jeta» mientras todos «se reían»
La recepcionista de un hotel de Villa Gesell ubicado a metros del boliche «Le Brique», en cuya puerta mataron a golpes a Fernando Báez Sosa en enero de 2020, declaró hoy que escuchó a uno de los rugbiers acusados del ataque decir «le rompí toda la jeta» y «le llené la jeta de sangre», mientras pasaba frente a ella junto a otros jóvenes «riendo, festejando entre ellos, todos».
Además, en la quinta jornada del juicio oral por el caso que se lleva adelante ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, por primera vez dos testigos – ambos efectivos de la policía bonaerense- revelaron que fue el imputado Máximo Thomsen (23) quien incriminó falsamente al remero Pablo Ventura al decir que era suya la zapatilla marca Cyclone negra con suela blanca manchada con sangre encontrada en la vivienda alquilada por los agresores para veranear.
Los testimonios fueron presenciados por María Graciela y Silvino, los padres de Fernando, quienes como todos los días estuvieron presentes en la sala de audiencias y, antes de ingresar a los tribunales, se abrazaron con los miembros de una familia que llegó desde la localidad bonaerense de Salto para contarles la historia de Emanuel Perea (32), quien fue asesinado de la misma manera que Fernando.
La primera testigo de la jornada fue Andrea Ranno, recepcionista del hotel «Inti Huasi», situado en la misma cuadra de «Le Brique», quien detalló que la madrugada de ese 18 de enero de hace tres años vio pasar a al menos ocho rugbiers «muy exaltados, muy contentos, contentísimos y felices» y que escuchó a uno de ellos decir: «Le rompí toda la jeta, viste… le llené toda la jeta de sangre.»
Tras pronunciar esa frase, la testigo miró a los padres de Fernando y les pidió perdón, luego de lo cual continuó con su relato ante los jueces.
«Todos se sentían partícipes de ese festejo», aseguró Ranno, quien puntualizó que al primero que vio pasar «muy nervioso» fue a Thomsen -a quien no nombró, aunque sí reconoció en videos que le exhibieron- seguido metros atrás por sus amigos.
«Pasan frente a mí, se venían riendo, festejando entre ellos, todos», agregó la recepcionista, quien a continuación describió a Thomsen como quien «tenía una camisa negra rota, el cabello revuelto», caminaba «adelante» y «de manera desaforada, firmemente, con la cabeza baja, como ciego».
«Estaba sacado ese pibe», agregó al respecto la testigo.
En los mismos videos, la mujer reconoció como a otro de los agresores a uno «rubiecito, que tenía una camisa que brillaba, que llamaba la atención» y que resultó ser el acusado Matías Benicelli (23).
El juicio continuó con la declaración del comisario mayor Lucio Pintos, a cargo de la Jefatura Departamental Pinamar, quien llamó al papá de Fernando para contarle lo que le había pasado a su hijo, y continuó con el del policía de Villa Gesell Mariano Vivas, quien participó del arresto de los rugbiers.
Ese efectivo fue quien dio a conocer por primera vez en la causa que fue el acusado Thomsen quien incriminó falsamente a Ventura.
«Thomsen manifestó que era de Pablo Ventura», dijo, sin dudar, respecto de la zapatilla mencionada.
Consultado por el abogado Tomei sobre el motivo por el cuál no se hizo constar en un acta quien había mencionado al remero Ventura, Vivas dijo: «Son manifestaciones que la fiscalía dijo que no pongamos, así que se encargó la DDI.»
Por la tarde, el comisario mayor Hugo Vásquez, encargado del procedimiento de la Policía Científica en la casa de veraneo donde detuvieron a los rugbiers, también declaró que fue Thomsen quien dijo que la zapatilla era de Ventura.
«Estaban muy risueños, tuvimos que llamarles la atención varias veces para que no se rieran, que estábamos trabajando en algo serio», afirmó este testigo.
Mientras que otros policías declararon sobre cómo se llevó a cabo el procedimiento en el que fueron detenidos los rugbiers, y uno de ellos, el comisario Jorge Luis Stavrakis, reconoció en un video incorporado a la causa a los imputados Ciro (22) y Luciano (21) Pertossi, Thomsen, Ayrton Viollaz (23), Benicelli y a Enzo Comelli (22) como quienes atacaban a Fernando y a su amigo Tomas D´Alessandro a la salida de «Le Brique».
Durante la exhibición de las imágenes, los ocho imputados giraron simultáneamente su cabeza hacia la derecha para ver las filmaciones, que fueron reproducidas a menor velocidad y con zoom a pedido del testigo.
En tanto, por la tarde, y luego de Vasquez, declaró Lautaro Alejandro Cuqueijo, testigo del procedimiento realizado por la Policía Científica y quien afirmó: «El único que noté que estaba nervioso era el grandote, el más musculoso por así decirlo. Tenía bigote. Si no me equivoco es Máximo Thomsen. Se puso a vomitar.»
Y al finalizar la audiencia, los abogados del particular damnificado, Fernando Burlando y Fabián Améndola consideraron en declaraciones a la prensa que el balance de la primera semana del debate es positivo para ellos y destacaron el valor de los dichos de todos los testigos que declararon hasta el momento.
En el banquillo de los acusados también están sentados los rugbiers Blas Cinalli (21) y Lucas Pertossi (23), quienes al igual que los otros seis están detenidos.
Los imputados están acompañados por Marcos Pertossi, padre de Luciano y Ciro; Francisco Thomsen, uno de los hermanos mayores de Máximo; Sergio Viollaz, padre de Ayrton; y Mónica Zarate, madre de Benicelli.