A 28 años de la «Masacre de Flores», el único sobreviviente afirmó que el asesino lo quiere «matar»
Mientras la defensa de Fructuoso Álvarez González pide que se fije la duración exacta de su pena, el único sobreviviente de la familia Bagnato asegura que «su intención es terminar lo que inició el 17 de febrero de 1994». En diálogo con Télam, Matías revivió el minuto a minuto de la noche en la que murieron sus padres, sus dos hermanos y un amiguito de uno de ellos.
A 28 años de la denominada «Masacre de Flores», en la cual murieron cuatro integrantes de una misma familia y un amigo tras el incendio intencional de una vivienda, Matías Bagnato (44), el único sobreviviente, afirmó que «no tiene dudas» de que el autor de los crímenes, Fructuoso Álvarez González (61), «va a intentar matarlo» cuando salga de prisión para «terminar con lo que empezó la noche del 17 de febrero de 1994».
En tanto, la defensa de Álvarez González, quien fue condenado a prisión perpetua y ya lleva cumplidos más de 20 años tras las rejas, presentó hace dos semanas un pedido a la Justicia para que se fije la duración exacta de su pena, al argumentar que «las penas sin un final son inconstitucionales».
«Para mí todos los días son iguales. Hace 28 años que no tengo a mi familia. Sin embargo, en estas fechas, los recuerdos de esa noche se potencian», dijo Bagnato, quien revivió ante Télam el minuto a minuto de la noche en la que murieron sus padres, sus dos hermanos y un amiguito de uno de ellos que, justo esa noche, se había quedado a dormir en su casa.
«No tengo dudas de que me quiere matar. Él lo tiene metido en la cabeza. Está en los estudios psiquiátricos que le hicieron en el penal. Claramente su intención es terminar lo que inició el 17 de febrero de 1994»
Matías Bagnato, único sobreviviente
La «Masacre de Flores» tuvo lugar a comienzos de 1994, cuando Matías Bagnato tenía 16 años. Vivía con sus papás, José (42) y Alicia (40), y sus dos hermanos, Alejandro (9) y Fernando (14), en una casa de dos pisos ubicada en Baldomero Fernández Moreno al 1906, en el barrio porteño de Flores.
En esos tiempos, Matías junto a su hermano Fernando, le tenían miedo a «El Monstruo», una persona que llamaba todos los días a su casa y solía decirles con la voz distorsionada: «Uhhhh se quemaron todos. Están todos muertos».
Ese mismo hombre, llamado Fructuoso Álvarez González, efectuaba aquellas llamadas para amenazar a José Bagnato, su exsocio, por una supuesta deuda de 180.000 dólares.
Finalmente, la madrugada del 17 de febrero de 1994, Álvarez González terminó cumpliendo con su promesa.
Aquella noche había transcurrido con normalidad para la familia Bagnato. Se había quedado a dormir Nicolás Borda (11), un amigo de Alejandro, y todos juntos vieron un partido de la Copa de Oro que disputaban San Lorenzo e Independiente en Mar del Plata.
Tras el triunfo del «Ciclón» por 2 a 0, con goles de Monserrat y Artime, la familia se fue a dormir.
Matías recordó con emoción el último intercambio que tuvo con sus padres
«Esa noche no tenía sueño y me puse a escuchar música. Puse un disco de Roxette. Me fui a fumar un cigarrillo al baño y mi mamá me preguntó qué era ese olor. Obviamente ella sabía que yo estaba fumando. Y me acuerdo que agarré el desodorante de ambiente de mi baño y les tiré el desodorante. Ellos estaban acostados en la cama y se rieron los dos. Esa fue la última vez que los vi», expresa.
Según lo determinó la Justicia, a las 3.30 de la madrugada, Alvarez González irrumpió en el domicilio, roció toda la casa con dos bidones de combustible y la prendió fuego.
Ante tal situación, Matías se despertó empapado de sudor con mucha dificultad para respirar, pero con la poca fuerza que le quedaba abrió la ventana que tenía al lado de su cama y sacó medio cuerpo hacia afuera:
«¡Matías salí, salí rápido! ¡Se quema todo!», le gritó un vecino que presenciaba la dramática escena.
El hijo mayor de los Bagnato se tapó la boca y salió de su habitación para buscar a sus padres.
«La puerta se abrió con tanta fuerza como si explotara. Una llamarada gigante me prendió fuego el pelo y me tiró al piso. Me desesperé. Empecé a gritar, no quería que vinieran a buscarme a mí, porque estaba bien. Les grité a todos, los nombré uno por uno, una y otra vez. Nunca me respondió nadie, nunca jamás», rememoró Matías.
Como resultado del ataque, sus padres, sus hermanos, y Nicolás, el pequeño amigo de Alejandro, fallecieron.
«Todavía me acuerdo del olor del incendio», señaló Matías, único sobreviviente del siniestro que elige pasar todos los 17 de febrero con sus amigos, quienes lo ayudan a atravesar los malos recuerdos.
CRONOLOGÍA DE LA «MASACRE DE FLORES»
La siguiente es la cronología de la “Masacre de Flores” y la situación judicial del único condenado por el hecho:
• 28 de enero de 1994: La familia Bagnato recibe por última vez una amenaza por parte de Fructuoso Álvarez González, quien reclamaba por una deuda de 180.000 dólares. Ante las constantes intimidaciones de Álvarez González, José Bagnato había radicado varias denuncias por amenazas en la comisaría 38 de la Policía Federal.
• 17 de febrero de 1994: Fructuoso Álvarez González irrumpe en el domicilio de los Bagnato e incendia la casa. Por el ataque fallecen José; su esposa, Alicia Noemí Plaza; sus hijos Fernando y Alejandro Bagnato, y a Nicolás Borda, un vecino del barrio que se había quedado a dormir. El hijo mayor de la familia, Matías, escapa.
• 21 de febrero de 1994: Álvarez González es capturado cuatro días después de la masacre.
• 10 de noviembre de 1995: el asesino es condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 12 a prisión perpetua.
• 4 de marzo de 2004: trasladan al homicida a una cárcel de Madrid, luego de que éste recurra a un tratado entre Argentina y España (Ley 24.036), el cual permite a un extranjero a completar una condena en su país de origen, siempre que acredite vínculos familiares en esa nación y se haya hecho cargo de las costas del juicio.
• 22 de noviembre de 2008: el autor de la “Masacre de Flores” es liberado por los tribunales españoles, los cuales convirtieron la condena a perpetua en una sentencia de 20 años de cárcel, el equivalente en aquel país a nuestra pena máxima. Debido a que la Justicia española anotó por error la fecha del crimen en 1990, en vez de 1994, le permitió a Fructuoso ganar 4 años y pedir la libertad condicional.
• 8 de diciembre de 2008: Álvarez González regresa a Buenos Aires.
• 14 de julio de 2011: el juez de Ejecución argentino Axel López ordena la recaptura de Álvarez González tras descubrir las irregularidades en su liberación.
• 4 de diciembre de 2011: Álvarez González es detenido por agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) durante un allanamiento en una casa en Tortuguitas donde tenían el dato que se escondía. Lo encontraron en un falso techo.
• 11 de mayo de 2018: La Cámara de Casación Penal rechaza un pedido para que Fructuoso Álvarez González sea expulsado del país.
• 1 de febrero de 2022: La defensa de Fructuoso presentó un pedido a la justicia para que se fije la duración exacta de su pena.
«Para mí todos los días son iguales. Hace 28 años que no tengo a mi familia. Sin embargo, en estas fechas, los recuerdos de esa noche se potencian»
Matías Bagnato, único sobreviviente
Por el quíntuple homicidio, Fructuoso Álvarez González fue condenado a prisión perpetua en noviembre de 1995 por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 12, aunque 9 años más tarde consiguió ser extraditado a España para terminar de cumplir allí su condena, ya que tenía la ciudadanía de dicho país.
Unos años después, fue liberado en el país ibérico, pero finalmente fue recapturado en la Argentina en 2011 luego de amenazar de muerte a Bagnato y a su abuela, y actualmente continúa preso en el Complejo Penitenciario Federal 1 en la localidad bonaerense de Ezeiza.
«Cuando estuvo libre, lo primero que hizo fue buscarme a mí y a mi abuela. Me amenazó durante un año. El tipo estaba en España, libre, con plata. Sin embargo, se volvió a Argentina, me ubicó y me empezó a amenazar de muerte», contó Bagnato, que actualmente integra el Observatorio de Víctimas de Delitos.
«No quiero imaginar mi vida con este tipo libre. Te lo juro por mis viejos. Cada vez que me suena el teléfono y me llega un mensaje del juzgado tiemblo»
Matías Bagnato, único sobreviviente
El pasado 1 de febrero, la abogada particular de Fructuoso, Patricia Croitoru, presentó un pedido de fijación de su pena ante el juez José Pérez Arias, a cargo del Tribunal de Ejecución 1.
Según la letrada, en el caso de que el magistrado acceda a este pedido, esta situación le permitiría a Álvarez González «salir en libertad una vez que esté cumplida su pena sin necesidad de una pericia psiquiátrica».
«No quiero imaginar mi vida con este tipo libre. Te lo juro por mis viejos. Cada vez que me suena el teléfono y me llega un mensaje del juzgado tiemblo», exclamó Bagnato ante la posibilidad de que Álvarez González recupere la libertad, y agregó: «Según las pericias psiquiátricas, nunca se arrepintió de lo que hizo. Hay muchas personas que se pueden reinsertar en la sociedad, pero creo que en casos como estos, no».
A su vez, Matías afirmó de manera rotunda: «No tengo dudas de que me quiere matar. Él lo tiene metido en la cabeza. Está en los estudios psiquiátricos que le hicieron en el penal. Claramente su intención es terminar lo que inició el 17 de febrero de 1994».
«Con todo lo que viví y con todo lo que pasé, que no pueda estar tranquilo y estar todos los años con esta espada en la nuca me resulta destructivo psicológicamente», concluyó.
LA DEFENSA DEL ASESINO PIDIÓ QUE SE FIJEN LOS AÑOS DE SU PENA
La defensa de Fructuoso Álvarez González, autor del incendio en 1994 que se conoció como «La Masacre de Flores», y que por el hecho lleva cumplidos más de 20 años en la cárcel, presentó la semana pasada un pedido a la Justicia para que se fije la duración exacta de su condena, al argumentar que “las penas sin un final son inconstitucionales”.
“La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha emitido fallos en los que refiere que las penas perpetuas son inconstitucionales, por lo tanto, lo que hay que hacer es fijarlas. Hay muchísima jurisprudencia sobre la fijación de pena. Ahora el juez debería determinar cuál es la pena exacta de años de prisión” explicó la abogada de Álvarez González, Patricia Croitoru en diálogo con Télam.
A su vez, la letrada aclaró: “La discusión que debemos tener es estipular cuál es la cantidad de años. Puede ocurrir que la fiscalía y el juez no quieran fijar la pena. En ese caso, se recurrirá en Casación”.
Asimismo, quien encabeza la defensa de Álvarez González, que fue condenado en 1995 y actualmente permanece alojado en el Complejo Penitenciario Federal 1 en la localidad bonaerense de Ezeiza, anticipó que pedirá que “se fije la pena de Fructuoso en 30 años”.
“Cuando tenga cumplida la pena no tiene que conseguir ningún tipo de pericia para salir. Él se iría con la pena agotada”, remarcó Croitoru, quien se hizo cargo de la defensa de Álvarez González en noviembre del año pasado.
“Llegué a defender a Fructuoso luego de que él me llame. Él había escuchado mi nombre dentro del penal. Me contó quién era y por qué estaba detenido. Fue una de las pocas veces que me llamó una persona sin que antes me avisara que me iban a llamar por recomendación”, contó la abogada.
Por otro lado, Croitoru detalló el estado de Fructuoso en la cárcel.
“Es una persona que lleva muchos años detenido. Tiene 61 años. Hace actividades y ahora realicé un planteo para que mejore su situación. Él está con ganas de hacer la universidad”, cerró.
Fuente TELAM