Palmeiras bicampeón de América
El Verdao superó al Fla por 2 a 1 y consiguió su tercera copa en el máximo certamen continental. Raphael Veiga y Deyverson marcaron para los paulistas, mientras que Gabriel anotó para los cariocas.
Palmeiras se consagró bicampeón de la Copa Libertadores al derrotar en la final entre equipos brasileños a Flamengo por 2 a 1, en el estadio Centenario de Montevideo, Uruguay.
El encuentro, que se definió en el alargue, lo arrancó ganando Palmeiras con el tanto a los 5m de Raphael Veiga, lo empató el letal «Gabigol» Barbosa para Flamengo (27m ST) y Deyverson aseguró el trofeo a los 5m del primer tiempo de la prórroga.
El equipo paulista arrancó mejor parado y se mostró muy profundo, abriendo la cancha con sus extremos, mientras que los cariocas dirigidos por Renato Gaucho trataban de afirmarse, pero fueron dejando una imagen de fragilidad.
El juego abierto y profundo planificado por el técnico portugués Abel Ferreira tuvo sus frutos bien temprano cuando a los 5m el lateral Maike aprovechó una distracción de Flamengo y metió un desborde como un antiguo wing y luego centró hacia atrás para la llegada de Raphael Veiga, que definió colocándola abajo con un toque de calidad.
El gol le alcanzó a Palmeiras para irse en ventaja al entretiempo porque Flamengo no tuvo reacción ni creatividad para el empate.
En el segundo tiempo, Bruno Henrique pasó a jugar de segundo 9 junto a Gabigol y Flamengo sostuvo su asedio hasta lograr la paridad en el resultado, a los 27m.
De Arrascaeta manejó muy bien la pelota y le puso un pase notable a Gabigol, que entró como puntero izquierdo y definió al primer palo debajo de Weverton, dándole el empate a Flamengo. El 1 a 1 se mantuvo y así llegaron al alargue.
Allí los cambios le rindieron frutos a Ferreira, ya que Deyverson robó una mala cesión de Andreas Pereira, se fue a enfrentar a Alves y definió de manera implacable.
En el segundo tiempo del alargue se notó el esfuerzo en muchos jugadores de ambos equipos y Palmeiras se aferró al orden y al carácter que pudo insuflarle el veterano Felipe Melo, que ingresó como zaguero para devolver los centros que buscaban a David Luiz y a Gabigol.
A pesar del desgaste Palmeiras, con orden y eficacia, manejó el clima de la final hasta el cierre y festejó el bicampeonato, lo que le dio además la clasificación al Mundial de Clubes.