«Marea roja», el fenómeno que complica el consumo de moluscos en Chubut
Detectaron una elevada cantidad de «toxinas paralizantes» que no se inhiben con la cocción. La ingesta de bivalvos como mejillones y cholgas representa un riesgo para la salud. La restricción no alcanza a pulpos, calamares, langostinos y camarones.
El Gobierno de la provincia de Chubut advirtió a la población sobre «la presencia de altas concentraciones celulares de especies de microalgas productoras de toxinas paralizantes en moluscos», por lo que se recomienda «no recolectar ni consumir bivalvos».
El fenómeno, conocido como «marea roja» se constató «en las muestras de agua del mes de octubre, analizadas en el laboratorio de Hidrobiología de la Universidad Nacional de la Patagonia (UNP), como así también los resultados de las determinaciones de Toxinas Paralizantes en moluscos».
Según el informe oficial, «la Dirección de Salud Ambiental de la Secretaría de Salud del Chubut determinó que se superan ampliamente las 400 Unidades Ratón, límite para el consumo humano, por lo que se recomienda muy especialmente a la población abstenerse de realizar recolección de las mencionadas especies de moluscos».
Las restricciones se brindan en el marco del «Plan Provincial de Prevención y Control de Marea Roja» y está destinado en especial a los pescadores artesanales, recolectores costeros y a la población que suele recorrer las costas y extraer mejillones o cholgas que se adhieren a las formaciones rocosas de la costa.
La prohibición de la extracción de moluscos bivalvos y gasterópodos se extiende a las costas de Península Valdés, sobre el noreste del Chubut, particularmente en las playas «Puerto Lobos, Bengoa, Larralde, El Riacho, Punta Pardelas, Playa Paraná» y más al sur, en Playa Magagna, sobre la costa atlántica de la capital provincial.
«El consumo de los bivalvos es un riesgo para la salud» destacan.
Se recuerda que los síntomas por consumo de «Toxinas Paralizantes de Moluscos» se presentan en su forma leve con sensación de hormigueo y adormecimiento peri bucal que se extiende progresivamente a cara y cuello, hormigueo en las puntas de los dedos, cefalea, vértigo y náuseas.
En su forma moderada puede producir alteraciones en la pronunciación, extensión del hormigueo a brazos y piernas, rigidez muscular e incoordinación de los miembros, debilidad general, ligera debilidad respiratoria y taquicardia.
Pero, en su forma grave, «puede presentar parálisis muscular, severa dificultad respiratoria y sensación de ahogo y opresión, y hasta puede ser fatal en caso que el intoxicado no sea asistido rápidamente» se detalló.
La toxina, que retienen los bivalvos en su interior en determinados época del año, no se inhibe con la cocción y hasta el presente no se conoce ningún antídoto.
Se aclaró que «se mantienen libres de toxinas pulpos, calamares, langostinos y camarones».