El Parque Nacional Lanín (PNL), en Neuquén, desarrolla anualmente un programa de relevamiento y conservación de una nutria nativa en peligro de extinción, llamada «Huillín», que habita en lagos y ríos de agua dulce de la Patagonia Argentina, así como en áreas marítimas de Chile.
La cacería indiscriminada del animal a principios del siglo XX, el cambio climático, la modificación de las costas de los cursos de agua por desarrollos turísticos, como también la introducción de especies exóticas de otras partes del mundo, contribuyó a la drástica disminución de ejemplares de esta especie nativa.
El biólogo Nicolás Ferreyra explicó a Télam las características del huillín, su hábitat, en qué lugares se lo puede ubicar y los factores que a lo largo de los años han afectado a esta especie nativa de la región.
Características del Huillín
«El huillín es una nutria nativa de Argentina y Chile; quedan muy pocos ejemplares y hay dos grandes poblaciones: una que es de agua dulce en Argentina principalmente y la otra es la población marítima o marina que está en Tierra del Fuego y Chile», dijo.
Precisó que «en la Patagonia norte al huillín se lo encuentra en el Parque Nacional Nahuel Huapi (Río Negro), en el lago y alrededores y en el Parque Nacional Lanín se lo encuentra ocasionalmente en la zona sur del parque, en cercanías del Lago Filo Hua Hum».
«Lo que nosotros hacemos anualmente es un recorrido por varios puntos de agua, ríos, arroyos y lagos de la zona sur del PNL como Lago Hermoso, Las Carmenes, Filo Hua Hum, Meliquina, en busca de rastros porque es difícil ver al animal», destacó.
Ferreyra explicó que «hace muchos años, a principios del siglo XX quizá había poblaciones más grandes porque, previo a la creación del Parque, como no había control sobre la cacería, era un bicho muy buscado por la industria peletera».
«El pelo del huillín era mejor incluso que la del visón, pero el número bastante grande que había se fue perdiendo y por eso es una especie en peligro de extinción», acotó.
En la actualidad la única población estable es la del Parque Nacional Nahuel Huapi, en Río Negro e incluso, según los relevamientos realizados, se los pudo ver en el Río Limay hasta cercanías de Piedra del Águila.
«Lo que estamos buscando y lo hacemos anualmente, son rastros que pueden ser heces o huellas de huillines. Lo hacemos cuando están las aguas bajas a partir de fines de febrero o marzo hasta que arrancan las lluvias en otoño».
Sin embargo, como en muchos ámbitos del país, la pandemia de coronavirus alteró las actividades programadas y, por esa razón, este año el relevamiento se ha realizado parcialmente.
Las características del huillín, su hábitat, en qué lugares se lo puede ubicar y los factores que a lo largo de los años han afectado a esta especie nativa de la región.
El hábitat y su relación con otras especies
El equipo de trabajo, además de Ferreyra, lo integra el biólogo Javier Sanguinetti con la colaboración de guardaparques de cada seccional del PNL donde realizan los recorridos de los cursos de agua.
El investigador precisó cuáles son las características del hábitat del huillín: «le gustan las costas desprolijas, lo más natural posible, llena de rocas grandes, troncos caídos, vegetación que suelen usarlo como guarida o cueva».
«Hoy tenemos dos grandes problemas: uno es el uso turístico de las costas y la modificación del ambiente costero para loteos, o playas limpias que le sacan el hábitat al animal y el otro factor que puede modificar la costa es la presencia de ganado porque rompe la estructura propia de la costa y la modifica», dijo.
Con respecto al turismo, indicó que «afecta indirectamente, por eso siempre tratamos de machacar a la gente que recuerde que está prohibido el ingreso de mascotas a los Parques Nacionales, porque los perros y los gatos pueden transmitir enfermedades, pueden ser vectores de enfermedades hacia estos huillines».
Otro factor que se suma a los anteriores es el visón, una especie que fue introducida desde Estados Unidos a principios del siglo XX para ser explotado por la industria peletera.
«Como después el negocio no rindió las ganancias que esperaban, la industria no prosperó pero el animal quedó», aseguró.
En ese contexto, hay tres animales acuáticos que conviven en los cursos de agua dulce del parque; el huillín y el coipo, que son especies nativas, y la nutria americana.
«De los tres el más grande, diría gigante, es el huillín que llega a medir un metro o metro veinte de largo mientras que el coipo y el visón con diferentes características por el color miden 60 centímetros aproximadamente», destacó.
Factores de riesgo y alimentación
El biólogo Nicolás Ferreyra recordó que «hace un mes en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, por este monitoreo que se hace en las costas, se encontraron rastros de huillín y hubo filmaciones dentro y fuera del parque».
«Todo esto tiene que ver con el cambio climático, la modificación de los ambientes y la presión del hombre hace que los bichos se muevan no por donde quieren sino por donde pueden, van buscando su lugar y cambian teniendo en cuenta que un huillín por día puede nadar hasta 25 kilómetros lineales» explicó.
Indicó que «es un animal carnívoro, se alimenta del langostino de agua dulce y de un cangrejo que es su principal fuente de alimento, son muy buenos buceadores e incluso pueden estar bajo el agua hasta diez minutos».
En este punto, el experto se refirió a otro de los grandes problemas que atentan contra la conservación de especies nativas, como las exóticas que se introducen de otras partes del mundo. La trucha es un claro ejemplo.
«El problema que hay con el alimento (langostino) es que las truchas, sobre todo las grandes suelen alimentarse de estos bichos también. La trucha como invasora, como exótico de alguna manera estaría perjudicando la cantidad de alimento que está disponible», dijo.
El huillín es una nutria nativa de Argentina y Chile; quedan muy pocos ejemplares y hay dos grandes poblaciones: una que es de agua dulce en Argentina principalmente y la otra es la población marítima o marina que está en Tierra del Fuego y Chile
Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con el cambio climático: «el aumento de la temperatura a nivel regional hace a veces que los cuerpos de agua no sean del todo aptos para que los cangrejos y los langostinos estén en su mejor forma y con la introducción de especies exóticas hace que todos coman lo mismo».
Puso como ejemplo que «es como si vas a un supermercado, lo que hay es lo que ponen en las góndolas y, mientras más gente llegue a la góndola, para vos hay cada vez menos, entonces acá es igual porque mientras más especies usen esos recursos la torta se tiene que dividir más».
Ferreyra explicó que «la creación de un parque nacional, de un área protegida por sí sola no garantiza la supervivencia de las especies y eso lo hemos demostrado por ejemplo con el pato de los torrentes, el huillín, el huemul y otras especies que a pesar de estar dentro de un parque nacional los números de las poblaciones han disminuido drásticamente». (Télam)