Nada hacía suponer en la previa del debate de la Ley de Equidad de Género en los Medios de Comunicación, último proyecto previsto tratar en la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados de la Nación que estallaría semejante polémica. Ya de madrugada el debate de un tema que en líneas generales no hacía presuponer mayores discrepancias, concluyó en medio de una gran controversia y a punto estuvo de caerse la sesión.
Eso no sucedió, y así fue que la Cámara baja nacional convirtió en ley la equidad de género, desde una perspectiva de diversidad sexual, en los medios de comunicación. El proyecto, elaborado junto a la Asociación de Periodistas Argentinas y que ya contaba con media sanción del Senado, obtuvo 134 votos afirmativos y 9 negativos.
Si bien en líneas generales el proyecto no presentaba resistencia de la oposición, un artículo que pone condicionamientos a la pauta oficial generó airadas quejas de parte de la oposición. El oficialismo, en tanto, negó que ese artículo tuviera un sentido punitivo, y reveló presiones de las cámaras empresarias que nuclean a los medios de comunicación.
La gran incógnita que se planteaba cerca de las 3 de la madrugada no era el resultado de la votación, sino si el quórum alcanzaba a mantenerse, pues en un momento dado la principal bancada opositora se levantó para retirarse y hacer caer la sesión. Eso no sucedió precisamente porque varios miembros de Juntos por el Cambio se quedaron: algunos sentados en sus bancas (para votar directamente en contra) y otros logueados, lo cual establece que están presentes, aunque finalmente no hubieran votado.
Los 9 diputados de Juntos por el Cambio que permanecieron en sus bancas y votaron en contra fueron Juan Aicega, Federico Angelini, Héctor Baldassi, Jorge Enríquez, Daniel Frizza, Gustavo Hein, Humberto Orrego, María Carla Piccolomini y Pablo Torello
Para evitar suspicacias, el presidente de la Cámara leyó uno por uno los nombres de la lista de votación, y preguntó directamente a cada uno de los que votaron en contra que pronunciaran la intención de su voto. Lo mismo hizo con quienes permanecían logueados, pero terminaron figurando “ausentes a la hora de votar”: Adriana Cáceres, Silvia Lospennato, Martín Maquieyra, Fabio Quetglas, Dina Rezinovsky y Adriana Ruarte.
A la hora de la votación en particular, los diputados que se habían retirado de sus bancas volvieron a las mismas y participaron de la misma lo hicieron para proponer modificaciones en los artículos que cuestionaban no solo ellos, sino también otros diputados de la oposición como los de Córdoba Federal y Consenso Federal. Previsiblemente la diputada Mónica Macha, miembro informante de esa iniciativa, rechazó los cambios. Así fue que la votación de los artículos 6 y 7 del proyecto terminó con 130 votos a favor, 70 en contra y 7 abstenciones. Los votos en contra correspondieron a los diputados de Juntos por el Cambio, Córdoba Federal y Alma Sapag, del MPN.
Se abstuvieron los radicales Alejandro Cacace, Carla Carrizo, Gerardo Cipolini, Dolores Martínez y José Luis Riccardo, y los de Consenso Federal Alejandro “Topo” Rodríguez y Jorge Sarghini.
El artículo 8°, el que más discrepancias generaba por ser el que correspondía al tema de la pauta oficial, tuvo como resultado 126 votos a favor, 78 en contra y 2 abstenciones. Al pedir modificaciones la diputada radical Karina Banfi, Mónica Macha las rechazó afirmando que “no es un artículo punitivista, es un incentivo”.
Tras esa votación, la diputada Karina Banfi, quien era la voz cantante del pedido de modificaciones, enfrentó al oficialismo advirtiendo que “nadie de este lado está entongado con nadie”, y ante la reprimenda de Sergio Massa señaló que lo decía por los gestos que hacían desde la bancada de enfrente. Y continuó: “Voten la ley que regula el lobby, nosotros lo que estamos haciendo es defender la Constitución”.
El debate
“Quiero reconocer aquí que las mujeres otra vez lo han hecho. Porque han sido ellas las que trabajaron colectivamente, con inteligencia, para encontrar el momento y la oportunidad para traer este proyecto al recinto”, señaló el diputado Pablo Carro (Frente de Todos – Córdoba), quien aclaró que “este es un proyecto que no es de cupo, no es un proyecto de paridad. Es un proyecto que habla de equidad de género. Y me parece que este concepto de equidad es mucho más profundo, mucho más amplio y nos va a generar muchísimas más posibilidades a las mujeres y a todas las diversidades sexuales”.
Carro explicó que “de lo que se trata no es solamente de sumar mujeres a los medios de comunicación, sino que ingrese una perspectiva feminista, y este proyecto justamente trabaja sobre este aspecto. Porque obviamente esto va a ser obligatorio para los medios públicos, pero para los medios privados con fines de lucro, sin fines de lucro, van a poder participar si están interesados en ingresar en un régimen de promoción, para lo cual tienen que cumplir cuatro de siete criterios”.
Al respecto destacó que no solo hay que tener procesos de selección basados en el respeto del principio de equidad en la representación de los géneros, o políticas de inclusión laboral con perspectiva de género, o el uso del lenguaje inclusivo, sino que destacó algunas cuestiones puntuales que entendió más importantes. Por un lado, citó el protocolo para la prevención de la violencia laboral y de género; por otro lado, la disposición de salas de lactancia y/o centros de cuidado infantil; y acciones para apoyar la distribución de las tareas de cuidado de las personas trabajadoras. “Me parece que ahí está la clave de este proyecto: que no se trata de que haya más mujeres -que por supuesto tiene que haber más mujeres en los medios-, sino de que ingrese una perspectiva de género al modo en que trabajan los medios”, sintetizó.
Mujer de los medios, la diputada Gisela Marziotta se manifestó “orgullosa de ser parte de este bloque del Frente de Todos, porque estuvimos ampliando derechos; de eso se trató la jornada de hoy, en la que estamos ampliando derechos, y sabemos que eso molesta. Y sabemos que eso molesta mucho, porque hoy sabemos las reacciones que empezaron a haber a partir de que se supo que quizás en minutos nada más sea ley la equidad de género en los medios de comunicación en la República Argentina”.
“Evidentemente eso demuestra que estamos haciendo las cosas bien, que estamos marcando la agenda que la sociedad necesita. Evidentemente la reacción que tuvieron a lo largo del día de hoy, donde sabemos que hasta han querido que algunos diputados o diputadas cambien su voto para que no se convierta en ley esta ley que es tan necesaria, porque va a lograr que empecemos a erradicar de una vez la violencia por razones de género”, aseguró.
En su intervención posterior, la diputada Gabriela Cerruti admitió que “queremos meternos con el contenido de los medios”, porque “queremos que los medios sean pensados también por mujeres, por disidencias, por travestis, por trans, que hagan que el discurso que llegue a la sociedad incluya esas sensibilidades, esos pareceres, esa manera de abrazar los diferentes temas que va atravesando la sociedad”.
“Entonces no estamos hablando solamente de cupo; no estamos hablando de que tiene que haber igual cantidad de hombres y de mujeres… Lo que estamos hablando y lo que tiene que cambiar es la perspectiva de los medios de comunicación, porque creemos en los medios de comunicación y que efectivamente ahí se construye parte del sentido común colectivo”, aseguró Gabriela Cerruti.
La primera en esbozar críticas fue la diputada radical Karina Banfi, que cuestionó que el proyecto debatido no hubiera sido “acompañado y conversado con la oposición, justamente para mejorar algún problema en la técnica legislativa. En donde de pronto una herramienta como la acción positiva la ponemos a colisionar con un derecho fundamental que es justamente la libertad de expresión”.
Advirtió que en la lectura del proyecto se genera una obligación en “un sector donde debemos ser muy cuidadosos, porque es cierto que podemos legislar todo lo que queremos, pero siempre en el marco de la Constitución”. Citó el artículo 8 de la ley, que impulsa una preferencia sobre los medios de gestión privada en donde interviene directamente en la asignación de pauta oficial. “Entonces ahí me empieza a confundir: ¿Este es un proyecto de acción afirmativa para promover el lugar de las mujeres en los medios de comunicación, o también aprovechamos el momento para regular la pauta oficial?”, se preguntó.
Banfi contó que habían conversado con el oficialismo para promover cambios, pero no tuvieron respuesta. Así las cosas, “lo que hoy vamos a votar es una censura indirecta: nos estamos metiendo a regular la pauta oficial donde le ponemos condicionamientos para poder adquirirla”.
En el mismo sentido se pronunció la diputada Silvia Lospennato, que le apuntó al artículo 8 de la norma. “En esta ley les condicionamos la pauta oficial, y lamentablemente esto es así y no se hizo una evaluación de lo que significan estos requisitos, que son fáciles para cumplir por los medios grandes, pero no para los chicos. Para ellos va a ser imposible conseguir ese certificado y por ende van a quedar a la cola del reparto de la publicidad oficial, todo lo contrario de lo que se quiere promover. Y esto pasa cuando no tenemos la capacidad de reconocer que está mal escrita la ley. Tiene buenas intenciones, pero está mal escrita”.
“Ese artículo 8 es imposible de acompañar; lamento que no hayan buscado como tantas otras veces alcanzar el consenso en estas leyes que promueven el género”, señaló Lospennato, que concluyó advirtiendo que no estaba dispuesta a “ceder la libertad de expresión, a poner en riesgo la libertad de expresión en la Argentina”.
En el mismo sentido se pronunció la cordobesa Alejandra Vigo, que adelantó el voto positivo en general de Córdoba Federal, pero rechazando los artículos 6, 7 y 8 del capítulo 3: “En el manejo discrecional de la pauta oficial para los medios en la Argentina, nosotros no estamos de acuerdo, no podemos acompañar. Creemos que es en la Argentina uno de los pilares que deben resguardarse y es un tema que viene a oscurecer uno de los objetivos tan importantes que tiene este proyecto”.
El desenlace
Para cerrar el debate, pasadas las 2.30, tomó la palabra la diputda oficialista Claudia Bernazza, quien no pudo ocultar su turbación al advertir los movimientos en la bancada opositora. “El artículo 8 está trayendo una movilización extraña, legisladores parados, discutiendo…”, observó, ante lo cual su compañera de bancada Paula Penacca pidió una interrupción que ella concedió. Fue para reclamar tomar “real dimensión de lo que estamos discutiendo. Estamos legislando sobre nuestra sociedad”.
“Lo digo porque veo en el recinto que hay diputados y diputadas que creen que se puede jugar con esta realidad, después de que hemos votado una ley tan importante como la ley de cupo laboral travesti trans”, señaló Penacca, que agregó: “En esta situación sucede lo mismo; esta ley lo que quiere construir es esa igualdad que necesitamos para que deje de haber mujeres que son acosadas, precarizadas, esa mujeres que no pueden desarrollar sus proyectos de vida porque hay algunos sectores enquistados que siguen profundizando el patriarcado… Entonces me parece que hay que dejar de lado las presiones posibles de esos grandes grupos del poder económico, que están concentrados también en los medios de comunicación, que no se está discutiendo aquí cómo se asigna la pauta, sino cuáles son las pautas, los criterios que como sociedad y como representantes de esa sociedad queremos consolidar y construir para tener una sociedad mejor, más justa”.
Penacca les pidió a los diputados de la oposición “que recapaciten”, y sobre todo a las diputadas de la oposición, a las que preguntó “¿con qué cara van luego a ir a blandir las banderas del feminismo, sino se quedan aquí sentadas a defender las banderas de la equidad?”.
Claudia Bernazza cuestionó que “llama poderosamente la atención que sean diputadas que han esgrimido las banderas del feminismo, las que hoy estén dudando por un artículo 8°”. Y vinculó el tema con un correo electrónico que, contó, había recibido durante la tarde, firmado por los presidentes de ADEPA, ATA, ARPA y ADIRA, que supuso que habían recibido todos en sus correos oficiales.
En ese momento pidió una interrupción el diputado santafesino Germán Martínez, que alertó que los que se estaban levantando de sus bancas “no lo están haciendo por un pedido de la radio comunitaria de Chascomús, sino por la presión de los grandes medios de comunicación de la Argentina”.
Bernazza concluyó luego lo que estaba contando sobre la carta que recibió de las cámaras de medios: “En esa carta muy extensa me dicen finalmente que ese artículo 8 es el que no acuerdan, porque traería alguna preferencia en la asignación de la publicidad oficial por parte del sector público”.
Bernazza concluyó pidiendo poner todas las cartas sobre la mesa “y ver si vamos a votar en favor de la igualdad degenero o de los podres reales”.
Pero antes de votar pidió la palabra el diputado Jorge Sarghini (Consenso Federal – Buenos Aires), quien adelantó que se abstendrían en el cuaderno 3 de la ley, en los artículos 6, 7 y 8, citando las razones expresadas por la diputada Vigo. Pero aclaró, frente a las dudas planteadas desde el oficialismo, que “estamos aquí sentados: vamos a votar la ley en general y de ninguna manera vamos a permitir que nuestra posición esté puesta en duda. No nos hacemos cargo de ningún lobby; sean muy cuidadosos a la hora de poner las cosas en su lugar”. (Parlamentario)