#DiaDelPeriodismo «Nostalgia del sentido humanista del periodismo»

#DiaDelPeriodismo «Nostalgia del sentido humanista del periodismo»

Por Eduardo Capdevila (*)  @educapdevila

El día de hoy es una jornada que interpela a quienes hemos elegido el camino del periodismo; aunque a veces la vida nos lleve por otros rumbos y obligaciones y lo recorramos a medias. El primer recuerdo de construcción de un registro me remonta a los 9 años; frente al televisor blanco y negro anotaba en un papel las bajas de los ingleses y las nuestras en el conflicto de Malvinas, para después avisarle a mis padres; mi inocencia no sabía la manipulación vergonzante de la tragedia que hacía la dictadura. Años después, también hacía lo mismo con las noticias que veía de la guerra del Golfo; mi adolescencia tampoco entendía por qué los supuestos buenos tenían que matar en nombre de la libertad.

Más allá de los engaños de la historia sobre quien sólo llevaba registros en papel para sus padres, descubrí el compromiso de querer comunicar. Concebí la mediación de las relaciones humanas en la precariedad de esa labor. Asumí la dimensión humana de informar. Y con el tiempo llegó la Escuela Superior de Periodismo, con el tiempo erigida en Facultad.

La perspectiva humanística sobre la información no es una elección en la labor periodística. No es un consejo inductor; debe ser una rectoría de trabajo más allá de la senda, ideologías, medios y organizaciones en que se deposite el poco o mucho conocimiento.

A mediados de los 90, a una compañera de un periódico con pasado de clase media alta le asignaron cubrir la vida en un asentamiento y obtuvo pocos datos descriptivos y testimonios; miraba a la gente con extrañeza por las ollas sostenidas entre ladrillos rodeando fuego en el piso y hasta la suciedad le chocaba. Al otro día fui al lugar caminando, me senté en el piso con los perros amigos de los ignorados, acepté un mate cocido en jarro que mitigaba el frío y obtuve páginas de vivencias de su presencia y lucha.

Poco tiempo después, me propuse indagar sobre la vida en uno de los barrios que había estado dominado por familias narcos y marginales de La Plata. Fui durante casi dos semanas distintas casas y esquinas, diciendo ser conocido de supuestos familiares de buscas y tranzas. La idea no era delatar a nadie que diera testimonios, sino sondear la vida en el lugar, desdichas y desafíos de los lugares, que volqué en una amplia cobertura.

Cuando me tocó hacer periodismo político, entendí que los despachos muestran el lado correcto y formal de quienes los ocupan; discursos y alineamientos previsibles. Y el lado más humano y valioso estaba en las unidades básicas, peñas, comedores comités y fundaciones.

El perfil humanístico de la profesión periodística obliga a agudizar la escucha en cada entrevista, aplicar la perspicacia sobre las palabras en contexto, descubrir personas detrás de los personajesy ahondar en dolores detrás de la escena de muchos circos de entretenimiento informativo.

Hoy, parece que la mediatización de las relaciones humanas por el auge de nuevas tecnologías,ha resentido lo humanístico de la profesión. Una exclusiva con un político es un audio enviado por este desde el baño o la parrilla de su casa; crudo y sin contexto, listo para ser título de impacto en redes sociales, con mala sintaxis por la lógica de la métrica como ordenan los motores de búsqueda por palabras clave. Y se hacen secciones enteras de portales y agencias con posteos sin una mínima indagación.

Los relevamientos de consumo y de relación de la sociedad con los servicios no requieren ni ir a la calle. Se trazan patrones y unidades relacionales y surge el periodismo de datos, algo así como ratones de laboratorio con perspectiva sociológica aplicada.

Y sondear y buscar voces en plataformas de comunicación en relación con intereses particulares se simplificó con el periodismo de redes, rastreadores de posteossin procesamiento analítico ni asimilación de contexto.

Y a esto se le suman las producciones geolocalizadas por intereses de navegación de los dispositivos, en base a los cookies, por lo cual en Europa enseñan Periodismo 3.0 con criterios de inteligencia artificial que garantice el consumo dirigido de cada información.

En medio de tantos engendros en la profesión y el avance de los analistas de comunicación con desapego a los medios, es imposible no sentir nostalgia del periodismo con perfil humanista. El que cuenta, descubre, empatiza, se compromete y sufre con la realidad.  

(*) Por Eduardo Capdevila, exclusivo para Cadena BA. 7 de junio de 2021.

Licenciado en Comunicación Social; profesor de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

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