Muphasa: «El fin de ‘El Quinto Escalón’ fue el impulso que necesitaba la escena»
Muphasa, uno de los creadores de «El Quinto Escalón», el movimiento de freestyle callejero más importante de la Argentina, cuyo final esta retratado en el documental «El Último Escalón», consideró que el cierre de este ciclo de improvisación «fue el puntapié inicial para una explosión muy grande para un movimiento que tuvo ascenso meteórico y que está para quedarse como lo vemos en cada esquina y en cada plaza».
«Lo que quedó claro a nivel país era que al final no hacía falta ninguna marca, ningún sponsor ni ninguna ayuda estatal para hacer algo orgánico y creado por la comunidad», resaltó Muphasa en entrevista con Télam.
Disponible en claro.com.ar/quintoescalon, «El Último Escalón» es el documental despedida del proyecto que hizo del encuentro de jóvenes t una de las competencias de freestyle más importantes a nivel mundial, y que se realizó el 11 de noviembre del 2017 en el Microestadio Malvinas Argentinas con 10.000 fans.
«El Quinto Escalón», considerada por muchos como la madre de todas las competencias modernas de freestyle, el rap libre e improvisado que hoy es furor en el mundo hispanoparlante, fue llevado adelante Muphasa e YSY-A (Alejo Acosta), ambos fanáticos del Halabalusa, una competencia organizada por el reconocido Dtoke y sus amigos, la cita comenzó siendo domingo por medio, (la primera vez fue el 13 de marzo de 2012) en el Parque Rivadavia.
Creo que los argentinos culturalmente le aportan al mundo mucho de su propio dolor, que no es poco.MUPHASADe «El Quinto Escalón» surgieron artistas muy reconocidos actualmente, como Wos, Ecko, Duki, Lit Killah, Trueno, Paulo Londra y más y es considerado como el semillero más grande de talentos de la escena freestyler actual.
Télam: ¿Cómo se funda «El Quinto Escalón», cómo comienza?
Muphasa: «El Quinto…» lo arranca Alejo, hoy Ysy A, y yo me sumo un par de días después que haya empezado. Literalmente fue una iniciativa muy orgánica y muy inocente de pibes que realmente querían tener un espacio cerca de su barrio para empezar a rapear, porque en ese momento los eventos grandes donde te podías medir, competir y hacerte un nombre callejero estaban lejos, particularmente en zona sur con el Halabalusa y lugares de donde salieron figuras que hoy son enormes. Y así medio inocentemente y con esa inquietud de tener un lugar más cerca nos empezamos a juntar en el Parque Rivadavia. Yo venía con un trasfondo más digital, de redes, de diseño y empecé dando una mano en el evento desde ese lugar y las responsabilidades se terminaron dividiendo entre Alejo y yo como los dos que dirigíamos el proyecto. Pero la verdad que nació por las ganas de rapear y creció por eso mismo, por la gente que tenía ganas de tener un espacio serio y deportivo donde mejorar todos los findes.
T: ¿Cuándo te diste cuenta que el freestyle, era ya parte de la identidad argentina porque había una generación que hablaba ese idioma?
M: Ahí indudablemente «El Quinto…» tuvo algo que ver y en ese despertar mucha gente y muchos activistas de las provincias empezaron a hacer sus eventos. Alrededor de 2016 y 2018 hubo un boom en el que cada esquina de cada ciudad había un grupito de raperos practicando. Creo que el quiebre final fue el fin de «El Quinto Escalón», que fue un final abierto porque era lo que estaba nucleando a ese movimiento y todos tuvieron que mirarse al espejo y ver qué hacer con eso. Ahí hubo una explosión muy grande de músicos, emprendimientos, gente que se puso un estudio, gente que se puso una competencia y gente que se puso a practicar para ser profesional.
El ciclo que hizo historia de concurrenciaT: ¿Por qué decidieron parar?
M: Yo creo que fue una coyuntura de muchas cosas, pero en particular es que nos demandaba mucha energía y mucho tiempo. Llegó un momento donde el proyecto era tan grande que vivíamos para el proyecto todo el tiempo. Tanto Ysy-A como yo teníamos nuestras aspiraciones personales y estábamos llegando a un nivel de popularidad en el que todas las cosas empiezan a volverse más ambiguas y los valores empezaban a volverse más endebles. Nosotros sentimos que terminar en ese momento de mayor auge iba a ser lo más sano para la comunidad de batallas y para nosotros, que necesitábamos realizarnos personalmente en otras cosas y teníamos la energía en el lugar correcto para eso. Hoy con el diario del lunes creo que fue la decisión más linda y mejor que pudimos haber tomado y los resultados están a la vista. Haber terminado permitió que todos los protagonistas pudieran dar su primer paso con un hándicap ya construido: Tenían su nombre, su reputación y un público cautivo esperándolos. Mucha gente nos dice «mirá la plata que perdieron terminando ‘El Quinto…’ cuando se estaba volviendo un monstruo y se hubiesen vuelto millonarios», y tanto Alejo como yo sentimos que hicimos lo correcto porque los que ganaron no fueron nuestros bolsillos sino la cultura y la escena nacional de hip hop y freestyle. Nada le hizo mejor a la cultura de hip hop que esa jugada en ese momento preciso y eso nos tiene muy orgullosos porque los que terminaron ganando fueron los artistas que lucharon muchos años para conquistar el lugar donde están parados ahora.
T: ¿Qué creés que Argentina le está aportando al hip hop latinoamericano y al urbano? Más allá de algunas gotas de rock nacional y cumbia villera.
M: Yo creo que los argentinos culturalmente le aportan al mundo mucho de su propio dolor, que no es poco. Como pueblo tenemos una mixtura muy interesante que es un carácter muy fuerte y una capacidad y una astucia para bajar en pocas letras lo que parece indescriptible y eso no es una excepción ni en el rap, ni en el trap, ni en ningún lado. La música argentina es muy valorada afuera porque los pibes son muy talentosos y flexibles pero en ningún momento son muy aniñados, no es la inocencia que te quieren vender las figuritas doradas pop. Hay dolor, vivencias y toda una constelación de picardías que hace a una identidad que es innegable para nuestra música, desde el rock hasta el rap.