Slipak: «Así como nos encanta querer e idolatrar, nos encanta destruir a la gente famosa»

Slipak: «Así como nos encanta querer e idolatrar, nos encanta destruir a la gente famosa»

«Para mí Está bueno hablar de la soledad del éxito», dice Slipak
Martín Slipak, protagonista de «Pepper, todo por un like», serie de ocho capítulos que muestra en clave de humor el ocaso de un reconocido youtuber y propone un recorrido por el costado menos glamoroso y más cruel del universo influencer, resaltó la posibilidad de «hablar sobre la soledad del éxito en las redes y lo que pasa cuando alguien se enfrenta al fracaso».

«Lo interesante es el juego que se da entre el contenido superficial que el personaje genera constantemente y lo que le pasa de verdad, que es que está solo y se está enfrentando al fracaso», dijo Slipak a Télam sobre «Pepper…», que fue realizada por Planta Alta («Clorofilia», «Broder») en coproducción con TEC TV y Flow, en cuya plataforma ya están disponibles los ocho episodios.

«Para mí está bueno hablar de la soledad del éxito -agregó- porque las redes le hacen creer, a quienes generan contenido pero también a quienes lo consumen, que estamos todos acompañados todo el tiempo y el personaje descubre, de la peor manera, que todo eso era efímero y abstracto».

Dirigida por Jonathan Barg y ganadora del «concurso de producción de series web sobre redes sociales/influencers» realizada por Incaa y TEC TV, «Pepper, todo por un like» aborda la intimidad de un influencer que, en pleno apogeo de su carrera, cuando las marcas se pelean por figurar en sus contenidos y los seguidores se acumulan en sus posteos como avalanchas de comentarios y «likes», súbitamente y sin explicación, comienza a pasar desapercibido.

Con humor pero sin concesiones, los capítulos de esta serie que completan Andrea Bonelli, Andrés Granier, Emiliano Carrazzone, Julieta Goncalves y los youtubers Merakio y Nicolás Dalli Bortolt, recorren el universo de los influencers, que quedan al descubierto como híbridos entre megaestrellas y monotributistas.

«Cuando Pepper alcanza ese punto que tanto deseaba, de tantos seguidores, canjes, un buen pasar económico, no puede sostenerlo y descubre lo frágil y poco real que era todo porque en la mala no aparece nadie a darle una mano», reflexionó Slipak, quien adelantó que ya se encuentra en tratativas para rodar la segunda temporada de la serie.

Télam: ¿Cómo fue construir un influencer desde tu rol de actor?
Martín Slipak: Apenas me convocó el director me puse a investigar ese mundo, para entender con qué influencer nos podíamos comparar, porque Pepper tiene un contenido muy ameno, familiar, superficial, que demuestra que, en el fondo, lo que más desea es ser querido. Me sirvió mucho relacionarme con uno que se llama Merakio, que se copó y fui a verlo trabajar un par de veces y si bien no son contenidos que me interesen, la forma de producirlos y la fe que tienen en ellos mismos me llamó la atención. Y eso es lo que pierde Pepper.

T: Eso habla también de un público cruel.
MS: Es que somos muy extraños como público. Así como nos encanta querer e idolatrar, nos encanta destruir a la gente famosa. Es un morbo del público muy grande y el anonimato lo fomenta más todavía. Para promocionar la serie hice un video para presentar el personaje con Merakio desde la cuenta de Pepper, era un video de alfajores, y muchos no sabían que el mío era un personaje de ficción y la cantidad de bardeo que recibí me sorprendió. Es muy duro porque te dicen cosas muy terribles, sin consecuencias, y es una modalidad que está legitimada.

«El otro día me llegó una propuesta para un proyecto y en la carpeta con la información había, al lado de cada persona que iba a participar, la cantidad de seguidores que tiene y yo no lo podía creer»MARTÍN SLIPAK
T: Es el precio del éxito…
MS: Muchas redes están construidas a partir de generar la noción de que alguien es exitoso y eso hace que la gente quiera ver su vida porque es más interesante la vida de la gente exitosa. Y eso es un círculo peligroso porque se genera una carrera por ir detrás del éxito pero nada más y en algún momento eso se derrumba porque es insostenible y no pueden con eso, no pueden producir a partir de la crisis y del fracaso, que es lo que generalmente hacemos los artistas y los autores.

T: ¿Sentís que son universos completamente alejados?
MS: El otro día me llegó una propuesta para un proyecto y en la carpeta con la información había, al lado de cada persona que iba a participar, la cantidad de seguidores que tiene y yo no lo podía creer. Es como si se estuviesen metiendo dentro de nuestro gremio ciertas leyes del mercado de Internet y para mí, por un lado, tiene la parte buena de la plataforma, que uno puede ver contenido ilimitado y demás, pero que se armen proyectos según cantidad de seguidores me parece terrorífico.

T: Eso se enmarca en un momento en que la industria audiovisual se encuentra completamente frenada.
MS: Por eso. Que hay que reformular la industria no cabe ninguna duda. La industria audiovisual en Argentina está en un punto muy flaco y muy triste pero esta situación es anterior a la pandemia: en 2019 eran contadas con los dedos de una mano las ficciones que se filmaron y eso es tremendo, no puede ocurrir; hay que reformular la industria pero hacerlo en relación a las leyes del mercado de Internet puede ser bastante riesgoso: no se le puede pedir a una actriz o un actor que aprenda a venderse por Internet para acceder a proyectos. Eso es terrible, degrada la profesión y hace que los contenidos sean cada vez peores.

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