La Vitamina C, clave para el desarrollo en la infancia
La vitamina C es un compuesto necesario para el organismo, ya que, entre otros beneficios, contribuye con diversas funciones del sistema inmunológico, la absorción del hierro y la cicatrización. Como el cuerpo no la produce naturalmente, es necesario incorporarla a través de los alimentos. Sin embargo, no todos los niños consumen la cantidad diaria recomendada de este nutriente.
Mariela Biscaysaqu, médica pediatra, explicó qye “es muy frecuente que los padres consulten porque alrededor de los dos años, los niños empiezan a rechazar las frutas y verduras que quizás antes consumían: separan los verdes del plato, no quieren frutas de colores o se niegan a comer brócoli, por ejemplo. Esta situación suele preocupar a los padres, que saben que sus hijos no están recibiendo todos los nutrientes que necesitan, como la vitamina C u otros componentes”.
La vitamina C se encuentra en algunas verduras, como el brócoli y la espinaca, y frutas cítricas como la mandarina, la naranja, el pomelo, el limón y el kiwi. Sin embargo, en ocasiones es difícil que los chicos quieran ingerir estos alimentos.
En vegetales, legumbres o frutos secos, entre otros, la vitamina C realiza una modificación al hierro que contienen permitiendo que sea más fácil absorberlo y ponerlo a disposición de funciones claves como el transporte de oxígeno a las células y la formación del tejido neuronal.
“Para aquellos niños que no consumen tantas frutas y verduras, una leche fortificada puede ser un buen complemento que ayude a alcanzar el requerimiento diario. Sí es importante remarcar que los padres deben seguir insistiendo con una alimentación saludable, fomentando el consumo de frutas y verduras”, sostuvo Biscaysaqu.
La vitamina C es clave en el funcionamiento de los millones de células que componen nuestro cuerpo, tanto por sí misma como asistiendo a otras sustancias y células a cumplir su función. De allí, la importancia de su consumo diario en cantidades adecuadas.
También impide o retarda la oxidación de determinadas moléculas y así evita la liberación de sustancias dañinas en nuestro cuerpo (llamadas radicales libres), las cuales reaccionan químicamente en las células alterando la estabilidad y funcionalidad del cuerpo.
Por otra parte, participa en la síntesis de colágeno, que contribuye en el proceso de cicatrización de los tejidos y en la reparación de la piel de los daños de los rayos solares. Asiste también al sistema inmunitario al contribuir con las funciones de los glóbulos blancos y facilita la absorción de hierro a nivel intestinal, aspecto crítico en la etapa de crecimiento de los más chicos