«La vida en suspenso», un libro que aborda el presente de la pandemia ante un futuro incierto
Alejandro Bercovich escribió sobre el impuesto a la riqueza.
La irrupción de la pandemia por coronavirus expuso un panorama que abrió múltiples interrogantes, generó gran incertidumbre, agudizó desigualdades sociales, pero también redefinió el rol del Estado y la necesidad de una mirada más solidaria y abarcadora, según economistas, sociólogos, antropólogos y periodistas que expusieron su perspectiva del fenómeno en «La vida en suspenso», un libro donde se esbozan formas posibles de organización hacia el futuro, desde un presente de incertidumbre.
La publicación reúne 16 textos que desde el punto de vista sociológico, económico, científico y cultural abordan aristas de una pandemia que dejó al descubierto la vulnerabilidad de los grupos sociales sumergidos, la necesidad de un impuesto a las grandes fortunas, la veloz y repentina aparición del virus, la visión de los científicos, así como el cuestionamiento del orden impuesto por el neoliberalismo y el futuro que se avecina.
La obra editada por Siglo XXI y Colectivo Editorial Crisis incluye textos de Paula Abal Medina, Leandro Barttolotta, Ignacio Gago, Gonzalo Sarrais Alier, Alejandro Bercovich, Natalia Gelós, Diego Golombek, Horacio González, Juan Grabois, Marcelo Leiras, Paula Litvachky, Mariano Llinás, Federico Orchani, Florencia Badaracco, Martín Rodríguez, Mariano Schuster, Rita Segato, Juan Gabriel Tokatlian y Ximena Tordini.
En diálogo con Télam, Ana Galdeano, de Siglo XXI, y Mario Santucho, de la revista Crisis, expusieron sobre la construcción de este libro al que se puede acceder gratuitamente en el link: http://dev2020.sigloxxieditores.com.ar/crisis-la-vida-en-suspenso/.
El libro surgió a partir del escenario de pandemia con la intención de «construir una perspectiva coral, hecha de distintos esfuerzos singulares por comprender el presente inédito que estamos atravesando, o que nos está atravesando a nosotros. No hay tesis definitiva ni un intento por agotar el sentido de la pandemia, sino una conversación que parte de la perplejidad, que propone hipótesis en movimiento, incluso flechazos para forzar la imaginación política», explica Santucho, editor de Crisis, y autor de uno de los textos.
«Por otra parte, está claro que es un pensamiento situado: se habla desde Argentina, y más precisamente desde Buenos Aires. Nos hubiera gustado mucho hacer algo más federal, pero es algo muy difícil, lamentablemente», señala.
Rita Segato, otra de las autoras que es de la partida.
Acerca del resultado de la publicación, Galdeano considera que «hay muchos hallazgos» y evalúa que «algunos textos plantearon cuestiones que en marzo o abril no eran todavía tan acuciantes en la Argentina como el capítulo de Ximena Tordini sobre las muertes en la pandemia, los rituales de despedida y la escasa o nula regulación estatal en ese aspecto».
De la misma manera «el de Paula Abal Medina sobre la cuarentena en los barrios populares, el de Natalia Gelós sobre las trabajadoras domésticas, el de Mariano Llinás sobre los modos en que se produce cine y cultura, el de Alejandro Bercovich sobre el impuesto a la riqueza, el de Federico Orchani y Flor Badaracco sobre la soberanía alimentaria, el de Juan Gabriel Tokatlian sobre el nuevo orden global», detalla la editora.
En el libro, varios autores abordan el replanteo del rol del Estado respecto de la economía y los cuidados hacia la sociedad ante un escenario inédito como el de esta pandemia.
Santucho considera que «al Estado le exige un reseteo importante: no se puede seguir después de esta pandemia haciendo lo mismo que antes. O sí se puede, claro, pero ya nadie podrá escudarse en la ignorancia».
«¿Qué es lo que ya no puede sostenerse?» se pregunta Santucho y responde: «El desprecio de esta sociedad y este estado por los cuidados. La desigualdad social que percibimos en el momento en que se le pidió a toda la población que se confinara en sus casas. La precariedad estructural que salió a la luz cuando se quiso ayudar a quienes no forman parte del mercado laboral formal».
Horacio González también sumó su mirada a la propuesta.
«Y algo que no se ha dicho mucho pero es obsceno: la autonomía del capital financiero respecto de la economía real, en tanto hemos visto cómo sigue la fiesta especuladora mientras la humanidad se empobrece», afirma.
Otro de los aspectos que puso al descubierto la pandemia es el de las organizaciones sociales y los grupos que integran la denominada economía popular, y en este sentido Santucho considera que «están en el centro de lo que se ha dado en llamar las ‘actividades esenciales’, en tanto son factores claves en la reproducción social, en la construcción de comunidad y en los cuidados; por otra parte, también es claro que no han podido construir hasta aquí una alternativa societal, una propuesta política de cómo transformar la sociedad que nos oprime. Se trata de un desafío urgente».
Los textos abordan además escenarios pospandemia, algunos más esperanzados y otros más apocalípticos. Para Santucho «el pensamiento crítico con aspiraciones políticas suele tener una tonalidad emotiva optimista, porque la voluntad es un elemento clave en su constitución, casi podríamos decir su motor. Entre los textos del libro, en ese sentido, creo que prima esa disposición a detectar la positividad del momento que vivimos».
«Rita Segato, de hecho, dice haberse alegrado un poco con la emergencia del virus, aunque sabe que así planteado es un poco provocador. Y es que hay algo que es inevitable para quienes pensamos que este mundo así no va, que la forma de vida que nos propone el capitalismo es una mierda: eso evidencia su crisis, su banalidad y su fragilidad, lo que no deja de ser algo interesante. Ahora bien, a medida que pasan los meses y vemos cómo las posibilidades de cambios más estructurales se alejan, pues tampoco hay mucho espacio para la esperanza», afirma.
«Pa(n)ciencia. La gestión de la pandemia y de la espera», el texto de Golombek.
Por su parte, Galdeano opina que «mirando todos los textos, lxs autorxs ponen el foco en las oportunidades que abre este momento, pero lo hacen con extrema cautela y realismo. Lo más rico del libro –siguiendo los planteos de Grabois, Santucho, Abal Medina, Leiras, Tokatlian– es que se corre de posiciones normativas (‘hay que hacer esto’) y reconoce que, con mil restricciones, la diferencia está en el trabajo de la militancia y de la construcción política persistente».
La pandemia abre muchos interrogantes acerca del futuro y de cómo moldeará a las personas y su mirada del mundo, y en este sentido Galdeano opina que si bien «en el libro no hay pronunciamientos concluyentes sobre esto», rescata la mirada de Diego Golombek, en «Pa(n)ciencia. La gestión de la pandemia y de la espera».
En este texto, el doctor en Ciencias Biológicas «deposita un voto de confianza en el campo científico y en el esfuerzo de cooperación que hemos visto en estos meses. Si bien el trabajo de científicas y científicos no está exento de competencias internas, se están compartiendo hallazgos y avances en tiempo real como nunca antes».