Tras el pico de mortalidad cardiovascular, pacientes vuelven a la consulta temprana
Luego de los datos preocupantes en torno a una duplicación de la mortalidad intrahospitalaria por infarto desde el inicio de la cuarentena hasta fines de junio, como consecuencia de una consulta tardía ante los síntomas, los especialistas señalaron que la gente “tomó conciencia” y que está llegando más tempranamente a las guardias hospitalarias, lo que contribuye a un mejor pronóstico.
Los expertos observan con cauto optimismo que la situación poco a poco está revirtiéndose y dan cuenta de ello la recuperación de los valores históricos de internaciones hospitalarias por infarto y los índices de mortalidad por esa misma causa.
En efecto, el promedio de internaciones por infartos agudos de miocardio en todos los Centros argentinos que participan del relevamiento internacional ‘Stent-Save a Life’1, que era de 5,26 casos por día por centro del 1 al 19 de marzo y que había descendido a 2,5 del 20 al 31 de marzo y a 3,2 durante el mes de abril, se fue recomponiendo a 3,8 pacientes en mayo y 4,5 durante el mes de junio.
En el período de aislamiento estricto se vio también una duplicación de los infartos de miocardio con falla cardíaca aguda (IAMCEST Killip y Kimbald D) que llegó al doble de las cifras anteriores al ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), casos graves y de alta mortalidad donde al evento se suma un cuadro de falla cardíaca aguda (insuficiencia cardíaca), producido por una consulta tardía.
“Recuperar el promedio histórico de internaciones por infarto significa que la gente no está cursando el episodio en su casa por temor a asistir a una guardia médica y contagiarse de Covid-19, sino que está recibiendo atención a cargo de especialistas en tiempo y forma, lo que incrementa notablemente las chances de éxito en el abordaje de un cuadro de por sí muy complejo”, afirmó Diego Grinfeld, cardioangiólogo intervencionista, presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
“Dicho abordaje en la mayoría de los casos consiste en un tratamiento de reperfusión coronaria (reapertura de la arteria ocluida) mediante la realización de una angioplastia”, completó.
Tomando los datos del mismo relevamiento ‘Stent-Safe a Life’1, la mortalidad intrahospitalaria en Argentina por ese tipo de infarto (IAMCEST) subió del 6% del 20 de marzo al 30 de junio del año pasado al 11,6% en el mismo período de 2020 con la cuarentena.
“Esa casi duplicación de la mortalidad no significa otra cosa que gente llegando tarde a las guardias con síntomas coronarios mucho más graves y avanzados; pero afortunadamente esta situación paulatinamente en los últimos meses está revirtiéndose”, explicó por su parte Alejandro Cherro, Director de la Carrera de Especialista en Hemodinamia, Angiografía General y Cardiología Intervencionista UBA-CACI y expresidente del CACI.
El rol de la telemedicina
En opinión de los especialistas, también contribuyó a mejorar el control y tratamiento de la enfermedad cardiovascular el advenimiento de la ‘telemedicina’, que si bien es una disciplina incipiente que precisa de mucha más aceptación por parte de las obras sociales y prepagas, representa una herramienta valiosa para que la gente no suspenda sus controles de rutina y el médico pueda hacer un seguimiento más riguroso e indicar los estudios, cambios de medicaciones o recomendaciones generales según cada situación.
La consulta médica virtual, sobre todo en poblaciones de alto riesgo por edad y enfermedades preexistentes, contribuye al aislamiento social evitando que los pacientes deban trasladarse en muchos casos en medios públicos, estar en contacto con mayor número de posibles contagios y contribuye a la prevencion de eventos cardiovasculares.
“La posibilidad de conversar en forma remota con el paciente, saber si algunos síntomas se mantienen, disminuyen o si han empeorado, conocer su presión arterial si cuenta con un tensiómetros automático en su hogar, entre otras informaciones, nos ayuda a tomar decisiones y a mantener la adherencia del individuo a los tratamientos. No nos referimos a episodios agudos, donde la recomendación siempre es llamar a emergencias o acudir al centro hospitalario más cercano, sino a las consultas de rutina, muchas veces interrumpidas o espaciadas a causa de la cuarentena”, manifestó Daniel Berrocal, expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y miembro del CACI.
“No debemos perder de vista que las afecciones cardiovasculares, entre las cuales las principales manifestaciones son el infarto agudo de miocardio, el ACV (stroke) y la insuficiencia cardíaca, son responsables cada año en la Argentina de casi 100 mil muertes, lo que representa en promedio 273 fallecimientos diarios”, completó Grinfeld.
Desde el CACI recordaron que los hospitales de todo el territorio argentino son lugares seguros muy preparados para proteger tanto a los pacientes como al personal de salud de todo posible contagio por Covid-19. “Existen protocolos precisos que permiten minimizar el riesgo de contagio para atender situaciones de urgencia que no pueden esperar, por eso insistimos que ante la presencia de síntomas cardiovasculares no esperen a que éstos reviertan y soliciten ayuda en forma inmediata”, concluyó Berrocal.