De manera inesperada y sorpresiva, la fiscal Ana Medina llamó a declarar a testigos que presentó el cura denunciado por abuso sexual, Eduardo Lorenzo, en plena feria judicial. De esta forma, el miércoles al mediodía iría el primero de ellos, el jueves lo harían a las 10 y 12 horas y el viernes a las 12 horas. Los mismos serían de Olmos, y lo conocerían a Lorenzo desde hace varios años.
Lo llamativo es que quienes irán a testificar también conocen a las víctimas y, hasta el momento, jamás pudieron negar los aberrantes hechos que narraron León, Julián Bartoli y un tercer testigo, en tres parroquias diferentes, en años dispares.
De esta forma, y tras las declaraciones del abogado de Lorenzo, Alfredo Gascón, en algunos canales de televisión, que indicaban que iba a haber “nuevos testigos”, desde fiscalía, en plena feria judicial y con miles de causas por tratar, abren las puertas para escuchar a la defensa.
Más llamativo es aún que, Juan Pablo Gallego, abogado de León y su familia y parte querellante fundamental, no fue notificado de tales citaciones. Ante tales movimientos, surge un interrogante difícil de responder: ¿Está la fiscal recibiendo presiones para que la causa no avance?
