Este domingo 136 mil electores fueguinos definirán a su nuevo gobernador o gobernadora. Rosana Bertone, de Unidad Fueguina, buscará renovar su banca y tiene enfrente al intendente de Río Grande, Gustavo Melella y se dedicó a polarizar diciendo que “Bertone es Macri”, por el congelamiento de los sueldos de los empleados públicos y la suba de la jubilación hasta los 62 años.
El 0,4 % del padrón nacional, tendrá otra opción que es Juan “Pipo” Rodríguez, de Cambiemos, quien criticó “la oportunidad perdida de Bertone para diversificar la matriz económica provincial”, cuestionó el caos en los asentamientos y no haber atendido a las demandas del turismo, separando el muelle comercial del de carga en el puerto de Ushuaia. Para los fueguinos, Macri es el responsable de la pérdida de 5.000 puestos de trabajo, del cierre de siete fábricas del polo tecnológico, del freno al turismo y consumo internos, del ajuste fiscal y de la “imperdonable pasividad” ante las Malvinas, cuya jurisdicción pertenece a Tierra del Fuego.
GESTIÓN
Un sector de los fueguinos le reconoce a la gobernadora su determinación para revertir el estado de descalabro y el rojo de las cuentas que heredó tras los dos mandatos de la entonces referente del ARI, Fabiana Ríos. El presupuesto de gastos corrientes y sueldos consumían un 120% del presupuesto, las jubilaciones se saldaban en cuotas, y los gremios bloquearon durante 4 meses la gobernación a comienzos de 2016. El sistema educativo y de salud estaba colapsado y las escuelas apenas sumaban 90 días de clase.
Equilibró las cuentas a través del ajuste y logró llegar a los 180 días de clase y se endeudó en US$200 millones para financiar obras públicas, como la ampliación y dragado del puerto de Ushuaia, entrada al turismo antártico, para que pudieran recalar los cruceros de gran porte.