Justicia por Claudia Elizabeth Salgán

Por las hermanas y madre de Claudia Salgan

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Después de cuatro años de esperar justicia, el 6 de mayo de 2019 se dio comienzo al juicio por el femicidio de Claudia Elizabeth Salgán (40). Claudia como muchas mujeres de nuestra sociedad era víctima de violencia de género. Violencia que naturalizamos puertas adentro y que en nuestro caso, no fuimos capaces de reconocer hasta el femicidio de Claudia.

El 8 de julio de 2015, nos encontramos con la peor de las noticias. Claudia, que unos meses atrás  de esa fecha había tomado la decisión de separarse de Marcelo Raúl Núñez (44), había sido golpeada, asfixiada y apuñalada por su marido. Desde ese momento se inició una pesadilla que aún no termina.

Luego del femicidio de Claudia, los hijos y su familia tuvimos que revivir cada golpe y dolor en las oficinas del Estado. En cada trámite la familia tuvo que peregrinar con su historia, y la víctima fue nuevamente violentada tras los cuestionamientos sobre su vida personal, su trabajo, la forma de vestir, amistades, o por hecho de si cocinaba o si hacía los mandados o no con sus hijos.

EL JUICIO

El lunes 6 de mayo estaba previsto el inicio del debate en el Tribunal Nº 1 de La Plata, pero este se demoró hasta las 12.30 hs, situación que se repitió los tres días. En el debate de los días 6 y 7 de mayo, declararon  los testigos convocados por la Agente Fiscal Dra. María Victoria Huergo y por las abogadas de los damnificados, Sofía Caravelos y Guadalupe Godoy. En el inicio del debate declararon la madre y la hermana de Claudia, Florencia Cabrera y María Fernanda Salgán. También prestaron declaración los vecinos Luis y Gustavo Matamoro, que fueron los primeros en llegar a la escena del hecho; y uno de los policías que aprendió a Nuñez. El segundo día, prestaron declaración los otros vecinos, el médico y las amigas y alumnas de Claudia. El día 8 prestaron declaración las otras dos hermanas, María Laura Salgán y Lucía Salgán, el hijo mayor de la pareja: Lucas Núñez, y los testigos convocados por la defensa.

La defensa se centró en que los jueces escucharan de parte de vecinos, que ella no tenían ninguna relación de amistad ni cercanía, que Nuñez hacía los mandados en los comercios del barrio junto a sus hijos y que a Claudia sólo la veían cuando iba a trabajar: sola. También hicieron hincapié en los dichos y rumores sobre posibles infidelidades cometidas por Claudia años atrás. Ningún testigo conocía la casa de Claudia, ni participaba de eventos sociales o deportivos con la familia. Hicieron referencia a rumores de la vida de Claudia y dañaron con falsas historias su memoria frente a sus familiares. Fue indignante escuchar la declaración de Hilda Emerita Medina Cubas, una vecina de Gonnet, que «si bien ella desconocía la vida de Claudia», cuando fue al velatorio de la víctima escuchó rumores de que ella le era infiel a Núñez y le pareció ver a un hombre alto y delgado «que supuso sería su amante». Este tipo de declaraciones cargadas de prejuicios y falsa moral en contra de las mujeres, que no hacen otra cosa que volver a lastimar a las víctimas, también se escucharon de Carolina Martínez y José Ramon Borges, que hicieron referencia a rumores escuchados 23 años atrás, y de Luisa Beatriz López que se refirió a rumores que llegaron a sus oídos con posterioridad al hecho, de una tercera persona.

Los abogados contratados de forma particular por Nuñez, Pablo Cuomo y Pablo Conti, hicieron referencia en todo momento a lo buen vecino que era el imputado, a las veces que se lo veía realizando mandados con los hijos y que cocinaba y colaboraba con las tareas de la casa, cuando Claudia se encontraba trabajando.

LA VIOLENCIA SILENCIOSA DE TODOS LOS DÍAS

Ante las preguntas reiteradas de vecinos, amigos y medios de comunicación de ¿por qué no hicimos algo?, ¿Nadie escuchaba las discusiones? o ¿cómo llegamos a permitir el femicidio? Creemos que es importante resaltar que las familias que transitamos y convivimos en contextos de violencia hemos sido formadas y criadas en una sociedad donde se reproducen múltiples formas de violencia hacia las mujeres. Desde las tareas de cuidado, limpieza, manutención y alimento hasta el modo en que nos vestimos y procedemos en nuestra sociedad. Roles que debemos cuestionar y deconstruir socialmente.

Ante esto respondemos que las familias No permitimos que la violencia y dejamos que los femicidios sucedan, sino que es la sociedad la que abala una forma de proceder violenta de los varones, permite y no castiga ni cuestiona el maltrato hacia las mujeres y la misoginia permanente.

Queremos destacar el abandono del Estado a los hijos de las víctimas, la permanente re-victimización de las víctimas y sus familias. La falta de cuestionamiento de los procesos judiciales y los argumentos de defensa ante los femicidios. La necesidad de las familias de una reparación justa, de procesar los duelos y de reconocer los contextos de violencia, desde la condena social y jurídica, que no admita los prejuicios misóginos y repudie la violencia hacia las mujeres.

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