Macarena Sánchez , una de las chicas que en los últimos años encabezó con ímpetu esa lucha en el ámbito local, se convertirá esta tarde en futbolista de San Lorenzo y firmará -junto a otras 15 jugadoras del club de Boedo- un contrato profesional por primera vez en la historia.
“Luche y vuelve”, fue el mensaje que posteó ayer Macarena en su cuenta de Twitter. Sobrados argumentos para comprender tal aseveración: en los últimos meses sufrió amenazas de muerte y el inadmisible hackeo de sus redes sociales.
La delantera de 27 años fue protagonista de un reclamo, desde enero pasado, que terminó por darle un fuerte impulso al comienzo del profesionalismo para el fútbol femenino en la Argentina.
UAI Urquiza, el club donde llegó en 2012 desde Santa Fe, donde obtuvo cuatro títulos de Primera División y tricampeona de la Copa Libertadores en 2012, 2014 y 2017/18, le informó a través de su entrenador que no sería tenida en cuenta por su rendimiento deportivo. Con el aval de Soledad, su hermana mayor y abogada, intimó ante la justicia laboral al club y por su inacción también a la AFA para que regularice su situación y la considere una trabajadora.