Los familiares del joven siguen reclamando Justicia hasta el día de hoy y aseguran que la investigación no avanzó. El sábado 1 de abril, Nicolás salió con un amigo en moto cuando fueron interceptados por un patrullero. En el móvil, se encontraban los policías Rodrigo Laurent y Sebastián Olse, quienes habían escuchado una supuesta denuncia de robo en la zona de Plaza Malvinas, en la que los sospechosos eran dos individuos en motocicleta.
A partir de ese momento, iniciaron una persecución en Melchor Romero, a 50 cuadras del presunto hecho delictivo. Persiguieron a Nicolás y a su amigo, quienes intentaron escapar de la policía. En medio de la persecución, el joven que acompañaba a Vargas se cayó de la motocicleta y fue detenido por el efectivo Olsen. Por su parte, Laurent continuó siguiendo a Nicolás hasta que le disparó en la cabeza.
El joven no murió en el momento y fue ingresado al hospital como NN, a pesar de tener su documento de identidad con él. Luego de dos días internado, Nicolás Vargas falleció en el Hospital San Martin.
El Colectivo contra el Gatillo Fácil acompaña a la familia del joven asesinado y asegura que si bien la policía acusó a los jóvenes de cometer el robo en Plaza Malvinas, nunca se recibió la denuncia correspondiente de ese suceso, es decir que “el hecho previo no existe” escribieron en un comunicado por el aniversario de la muerte de Vargas.
Por su parte, los efectivos Olsen y Laurent declararon haber visto una moto con dos jóvenes que iban por 155 hacia calle 524, y que al percatarse de la presencia de los uniformados, los jóvenes se dieron a la fuga por 155 hacia calle 32. Los policías reconocieron durante la indagatoria, que en ese momento efectuaron disparos “disuasivos” de escopeta 12/70 con municiones de goma. Eso hizo que a la altura de las calles 38 y 155, los chicos perdieran el control de la moto y cayeran en una zanja. Allí detuvieron a Gonzalo, el acompañante de Vargas, a quien le atribuyeron una pistola calibre 22. Sin embargo, su indagatoria el joven dijo: “me quedé quieto porque no tenía nada y un policía me apuntaba con la escopeta, mientras el otro lo seguía a Nico con el patrullero. Entonces escuché unos disparos y no vi nada porque me tiraron al piso y me pusieron la capucha de la campera para que no viera nada y yo no tenía arma, nada y me tiraron un arma al lado, atrás cerca del tejido”.
El policía Laurent contó que Vargas continuó la fuga en moto, y que al ver que el joven “realizó un ademán como para extraer un arma” le efectuó un disparo con su arma reglamentaria, impactando el proyectil en la cabeza de Nicolás. Después de ese momento, el efectivo descubrió que había disparado contra su ex cuñado, ya que había salido con la hermana de Nicolás y envió un mensaje de whatsapp al hermano del joven: “escuché un radio llamado, me mandé una cagada y maté a Nicolás”.
Hasta la fecha, el oficial Laurent sigue en funciones y en ese momento, sólo fue notificado de formación de causa por “Lesiones Agravadas”, ya que Vargas estaba gravemente herido pero aún vivo. La causa es investigada por la fiscal Leila Aguilar, titular de la UFI 5, y tiene la carátula de “resistencia a la autoridad y tenencia ilegal de arma”, donde los imputados son los jóvenes Gonzalo y Nicolás. Por eso, la familia del joven fallecido, presentada como particular damnificada, exige que la fiscal llame a declarar a Laurent a tenor del artículo 308 del código procesal, es decir como imputado del delito de homicidio cometido en abuso de su función policial (art. 80 inc 9 del Código Penal).