Hoy la jueza de familia, Inés Graciela Barcos, solicitó la colación de una tobillera electrónica con monitoreo del Servicio Penitenciario Bonaerense para la ex pareja de la joven, luego de varios episodios de violencia intrafamiliar.
Melina realizó ya once denuncias en total contra el padre de su hija por lesiones, amenazas y desobediencia de órdenes perimetrales. Sin embargo, la mujer sigue recibiendo amenazas por mensajes de texto dirigidas hacia ella, su hija de 6 años e incluso hacia su padre.
“Nos amenaza de muerte, me dice que nos va a pegar un tiro a mí y a mi hija”, contó la joven en diálogo con Media News, “hace siete años que vengo sufriendo esto”. La aplicación de la tobillera electrónica en este tipo de casos de violencia intrafamiliar “es muy novedoso, se utiliza como método para tratar de monitorear a una persona violenta a través del sistema penitenciario”, aseguró Juan Gregorio Benítez, abogado de Melina.
“Las tobilleras se usan para prisiones domiciliarias y tienen un alcance de 60 metros, donde la persona sale del umbral de su casa se da aviso inmediatamente al Servicio Penitenciaria, en este caso se aplicaría a través del Juzgado de Familia y sirve para monitorear a la persona que tiene una orden perimetral por tiempo indefinido”, contó el letrado. Se trataría, entonces, del primer caso en la Provincia de Buenos Aires en el que se utiliza una tobillera electrónica para un caso de violencia intrafamiliar y de esta manera, sienta precedente.
«Agradezco la perimetral, pero sigo con temor de salir a la calle, él ya mandó a otras personas a pegarme una vez, estaba con mi hija yendo a lo de mi mamá y dos personas de bajaron del auto, me tiraron al piso y me pegaron patadas», narró Melina y con la voz quebrada agregó: «tengo miedo por mi hija y por mí, hace mucho tiempo que vengo pasando esto y necesito que me escuchen».
