Paul McCartney enamoró sin despeinarse
El show de McCartney en el Campo Argentino de Polo no podrá ser catalogado como experimental u osado, como si mostraban disco a disco The Bleatles hace 50 años atrás. Lo del bajista es efectividad pura, un show impecable con una lista de temas tan anunciada como imbatible.
Con su puntualidad característica, el ingles subió al escenario y no tardó en mostrar sus intenciones: hacer bailar y emocionar a su gente a caballo de los clásicos inoxidables de los 4 de Liverpool y algún tema de su carrera solista que logró ganarle la pelea a la historia.
Los 76 años de McCartney no se notan y durante mas de dos horas muestra una voz y estado físico envidiable. Hasta las canas, que aprendió a querer el último tiempo, lo han humanizado. Durante dos horas el de Liverpool intercaló baladas clásicas como Let it Be o Blackbird con canciones puramente rockeras, Live and let Die o Helter Skelter pueden dar cuenta de la avalancha eléctrica que inundó el Campo Argentino de Polo.
Aunque el bajista decidió excluir Yesterday de los temas a ejecutar, y solo interpretó tres temas de su último lanzamiento (Egipt Station) pudo dejar satisfecho a la multitud que se retiro del predio tarareando Hey Jude.