Hablaron las hijas de la mujer asesinada en Ensenada: “Nunca se hubiera quitado la vida”

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A partir de las once de la noche de ayer y hasta esta mañana, familiares y amigos de Mariela la despidieron en una casa velatoria, ubicada en 13 y 72. Todavía sin poder creer lo sucedido, sus hijos piden Justicia y aseguran que su madre no se quitó la vida como afirma el detenido en la causa.

Rubén Miño, era pareja de Mariela hacía 10 meses. Se habían conocido una noche en Block, reconocido boliche de 122 y 50 y desde entonces mantenían una relación. “Nosotros lo conocimos, mi mamá lo presentó pero nunca nos imaginamos algo así”, contó Mariana Vergara González, hija de Mariela, “ella no se tiró del balcón, siempre nos decía que nunca nos iba a dejar solos”.

Mariana confesó que no había notado ninguna señal de alarma en la relación que su madre tenía con Miño aunque dijo que Mariela “estaba cambiada desde que salía con él, si la llamaba salía corriendo para donde él le dijera, ahora pienso que ella tal vez tenía miedo pero nunca contaba nada”.

Familiares y amigos Rosa Mariela González la despedían esta mañana en 13 y 72.

Por su parte, Rubén Miño declaró ayer frente al fiscal Álvaro Garganta y sostuvo la versión que le había dado a la policía el mismo domingo a la madrugada: aseguró que Mariela se había arrojado desde el segundo piso en medio de una discusión y que la mujer tenía tendencias depresivas.

Sin embargo, el cuerpo médico y los peritos de la Policía Bonaerense que analizaron el cuerpo encontraron lesiones «compatibles con las de un forcejeo» y marcas en el cuello de la víctima que podrían ser indicio de ahorcamiento. Por estas razones, el fiscal de la causa pidió la detención de Miño y lo imputó por «homicidio agravado por el vínculo personal con la víctima y por haber sido cometido en el marco de un contexto de violencia de género».

La mujer tenía cinco hijos, cuatro mujeres y un varón. “Queremos Justicia por mi mamá, no es cierto lo que dice él”, aseguró Edith Vergara González, otra de las hijas y agregó “mi mamá amaba la vida”.

Si bien ninguna de sus hijas sospechó que pudiera existir violencia en la relación entre su madre y Miño, Edith contó que Mariela le había expresado preocupación por los celos de él. “El tipo dijo que mi mamá era la celosa, pero no es así, ella me dijo varias veces que él era muy celoso y que estaba cansada, que no iba a aguantar” afirmó Edith y agregó “me contaba que cuando él venía chiflado, ella se quería ir, nosotros queremos que se sepa la verdad”.

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