Tal como se esperaba y con las pruebas contundentes sobre la mesa, el Tribunal de Audiencias de Santa Rosa, La Pampa, condenó a prisión perpetua a Magdalena Espósito Valenti y a su novia, Abigaíl Páez, por haber torturado y asesinado a golpes al hijo de la primera, por odio de género que les despertaba el niño.
Los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez consideraron que ambas mujeres cometieron el delito de homicidio agravado sobre el niño. La madre fue considerada autora material y penalmente responsable del delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento.
Mientras tanto, en el caso de la novia de la madre a cuidado del nene se sumó una tipificación más aberrante, el delito de abuso sexual con acceso carnal por vía anal, ejecutado con un objeto fálico, agravado por tratarse de la guardadora y por haberse cometido contra un menor de 18 años de edad, aprovechando la situación de convivencia preexistente, como delito continuado.
Los detalles penales y las consideraciones del hecho pusieron de manifiesto el extremismo de la ideología del género aplicada con maldad sobre un indefenso, ya que ambas condenadas revelaron en sus chat telefónicos que el chico afectaba su relación entre mujeres y lo golpeaban más por ser varón como su padre.
Los familiares del nene y abogados de la querella se quebraron en llanto al escuchar la sentencia y coincidieron en que finalmente el nene “descansará en paz”.
Ahora queda pendiente que la justicia actúe contra la juez que le ratificó la tenencia de Lucio a la madre pese a que el padre advertía que le estaban pegando, así como también ir por la negligencia de las autoridades del jardín de infantes que vieron varias veces a Lucio vomitar por los golpes y marcas de quemaduras y patadas en su cuerpo y no intervinieron.
El 13 de febrero se conocerá la pena que recibirán las condenadas.
