El comienzo más impensado e injusto para la selección en el Mundial de Quatar. Perdió 2 a 1 contra Arabia Saudita y quedó última en el grupo C, en el cual enfrentará el sábado a México, que cosechó 1 punto en su empate sin goles contra Polonia.
La Selección Argentina arrancó el partido con todo: antes de los dos minutos, una clara chance en los pies de Lionel Messi, quien encontró la pelota y definió al segundo palo pero fue tapada por el arquero saudí. Unos minutos más tarde, por un agarrón contra Leandro Paredes en un córner, el VAR llamó al árbitro esloveno Slavko Vincic, quien la revisó y señaló el punto del penal. La Pulga se encargó de cambiarlo por gol y así abrir el marcador.
Los minutos restantes del primer tiempo tuvieron a la albiceleste como clara dominadora en control y juego, al punto de que le anularon tres goles por posición adelantada detectada por la computadora del VAR: uno de Messi y dos de Lautaro Martínez.
En todos, el VAR semiautomático actuó inmediatamente y le cortó por un hombre o la punta de pie el segundo grito a millones de argentinos.
Y en el segundo tiempo, cuando todo indicaba que el trámite seguiría igual, los halcones verdes empataron aprovechando un error defensivo; y cuando todavía no habían asimilado el golpe, minutos después vino el baldazo de agua fría del segundo gol saudí, con un derechazo de Salem Al Dawsari al ángulo.
La sorpresa generó nerviosismo en todo el plantel y el técnico Scaloni metió tres cambios al mismo tiempo a mitad del complemento, que dieron más dinamismo y cobertura de espacios pero el rival se replegó defensivamente de forma eficiente hasta aguantar el paso de los minutos y lograr el sorpresivo triunfo.
