Abuelas de Plaza de Mayo recuperó a la nieta 129

Se trata de una mujer que vive en España y que era buscada por su padre y hermanos.

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La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo encontró la nieta 129, una mujer que vive en España y que era buscada por su padre y hermanos.

En conferencia de prensa, Estela de Carlotto manifestó: «A los nietos y nietas las numeramos para darnos fuerzas en esta búsqueda. La nieta 129 podrá conocer a su padre, que lo tengo acá a mi derecha, a sus hermanos, uno que está acá a mi izquierda, y a su tío. Hija de Norma Síntora y Carlos Alberto Solsona».

Los padres militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). La pareja empezó a pensar en el exilio en 1976, pero Norma fue secuestrada el 21 de mayo de 1977 en Moreno con una pareja amiga. Los tres continúan desaparecidos. Carlos Alberto estaba fuera del país. “La idea era rencontrarse en España», recordó durante la conferencia.

Según explicaron en el encuentro, «el equipo de aproximación de Abuelas contactó en 2013 a la presunta nieta para restablecer los puentes con su familia. El juez federal Sergio Torres tomó la causa. La mujer se presentó hace dos semanas ante la Justicia y se realizó voluntariamente el análisis. El resultado arrojó que es hija de Norma y Carlos Alberto”.

La familia la espera luego de 42 años. Las Abuelas, pidieron que se respete su privacidad y así “ayudemos a reparar las heridas que nos dejó la dictadura».

Carlos, el papá de la nieta 129 también pidió respeto a la privacidad, aunque señaló que «nadie sabe todas las noches que soñé con que llegara este momento más allá de que tuvo un mecanismo de autoprotección por si se acababa el tiempo. La empecé a buscar cuando tenía 30 y ahora tengo 70 años. La ‘mochila’ cada vez pesaba más, pero nunca nos la sacamos. La buscamos en todos lados que hubiera una pista».

Para dar con la nieta 129 se tomaron muestras del papá, y se pidieron datos genéticos a los abuelos maternos, uno de ellos estuvo presente en la conferencia.

En el año 2012 se descubrió que una joven había sido inscripta por una familia como propia y no era así. Un año después, tras una investigación Abuelas invitó a una mujer radicada en España a que se realice una prueba de ADN. En ese entonces, no aceptó. Pero el fiscal que lleva la causa le solicitó dos veces que se haga la prueba. Ante la negativa de la mujer, un amigo decidió intervenir, y el 2 de abril pasado la nieta volvió a la Argentina y se hizo el estudio de ADN.

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